Se les llamó Brigadas Internacionales porque fueron voluntarios extranjeros, de más de 50 países, que llegaron a España a defender militarmente la II República, contra el fascismo franquista que la combatía, fueron entre 35 y 59 mil combatientes, que permanecieron hasta la derrota de la II República (1936-1939).
La mayoría de estos brigadistas revolucionarios eran trabajadores, y una gran parte de ellos, provenían de Francia. Los voluntarios no eran militares pagados o de carrera, eran proletarios conscientes, socialistas y comunistas que desarrollaron la solidaridad internacional con el pueblo español. Muchos de inicio, provenían de los países fascistas y que estaban exiliados en España, pero la inmensa mayoría eran de otros países no fascistas, que compartían la lucha contra el fascismo y por el socialismo y el comunismo.
Los brigadistas estaban bajo la dirección del Ejército Popular de la República, dirigido a su vez por el Gobierno de la República, dependiente del Frente Popular. Estos revolucionarios internacionalistas -en gran parte- fueron también organizados por la Internacional Comunista, que jugaba un papel importante en la lucha antifascista y antimperialista mundial.
El 23 de septiembre se retiraron oficialmente de España las Brigadas Internacionales, una vez cumplido su papel internacionalista, frente a la derrota de la República.
Ayer como hoy el fascismo y el imperialismo siguen vivos, saqueando y explotando los pueblos del mundo, en tanto la lucha de los proletarios también sigue vigente enfrentándolos, por lo que hoy es necesario seguir construyendo la unidad para derrotarlos definitivamente con la lucha revolucionaria de los pueblos.