La 65 legislatura local de Oaxaca aprobó en sesión extraordinaria el 6 de diciembre la Ley de Ingresos -enviada por el gobernador Salomón Jara- como parte del paquete económico 2024 en la cual se incluye el “Programa de Certeza Jurídica de la Tierra para la Seguridad y Bienestar del Patrimonio” con la que “buscan incorporar a la propiedad privada los predios ejidal y comunal…”
En ese contexto diversas organizaciones sociales, defensoras de la tierra y de los recursos naturales se han pronunciado en contra de la continuación de la privatización de las tierras que han sido de uso colectivo en las comunidades.
En 1991, durante el mandato de Carlos Salinas de Gortari se derogó la Ley Federal de la Reforma Agraria que dio paso a la Ley Agraria la cual desde entonces permite que las tierras ejidales puedan pasar a ser pequeña propiedad si así lo deciden los posesionarios; este hecho marcó la vida política del país pues con ello se incentivó la propiedad privada, la gran mayoría de campesinos a falta de condiciones para cultivar la tierra y sin incentivos gubernamentales han tenido que vender de manera forzada beneficiando a caciques, terratenientes, inmobiliarias y trasnacionales es decir a favor de los megaproyectos extractivistas y el capital.
Una de las demandas mas sentidas que dieron lugar a la revolución mexicana fue la repartición de la tierra bajo la consigna de “La tierra es de quien la trabaja” escrita en el Plan de Ayala en 1911 promulgada y firmada por el jefe revolucionario militar y campesino Emiliano Zapata.
El avance de la minería en las regiones de Oaxaca, el Corredor Interoceánico y los polos de desarrollo en el Istmo han vuelto a Oaxaca un atractivo económico para importan capitales extranjeros, la medida del gobierno de Salomón Jara es la continuidad política y económica de los gobiernos priistas y panistas, es la continuidad neoliberal.
Al gobierno en turno que mantiene una política populista pero que asume fielmente los intereses del capital incentivando la privatización de la tierra debe oponérsele firmemente la unidad de las comunidades y ejidos que representan la colectivización y uso social de las tierras.