El Programa de Jóvenes Construyendo el Futuro no asegura un puesto de trabajo a los aprendices.
Al término de los doce meses del programa la incertidumbre laboral es una de las mayores preocupaciones para las y los aprendices, debido a que las mismas reglas de operación no aseguran un puesto de trabajo al concluir este periodo; a pesar de que, las y los jóvenes vinculados adquirieron la suficiente experiencia para desempeñar las tareas de su puesto de trabajo.
Durante el último año, a causa 
de la crisis económica agudizada por la pandemia, se perdieron 487,808 empleos de jóvenes de 20 a 29 años de edad, lo que implica que, al concluir el programa, las y los 321, 756 aprendices vinculados en su inmensa mayoría pasarían a reforzar las filas del desempleo. En este escenario, las vacantes ofertadas a través de las ferias del empleo para jóvenes, organizadas por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) no son suficientes para recuperar los puestos perdidos y las empresas tampoco están dispuestas a contratar a las y los aprendices ya que representa un costo más en la nómina.
Las empresas que han adoptado el Programa de Jóvenes Construyendo el Futuro han aprovechado el hecho de que mientras tengan aprendices a su disposición, podrán contar con mano de obra gratuita, sin prestaciones y cumpliendo jornadas completas de trabajo; además de que se les permite realizar un proceso de selección de acuerdo al perfil que buscan para la vacante, pudiendo sacar ventaja de la especialización del aprendiz para acrecentar sus ganancias.
Los casos de “éxito” de la empresa Liverpool que expone a través de su página de Facebook el programa en los que al egresar las y los aprendices son contratados, no son más que situaciones aisladas que no reflejan la problemática que tiene que afrontar la mayoría de la juventud egresada del mismo, ahora sin una solución de fondo para el desempleo, misma situación que ha sido denunciada en redes sociales.
Desde la UJRM proponemos la organización de las y los aprendices para que se garanticen los puestos laborales, al mismo tiempo que se establezcan contratos colectivos de trabajo, así como, la gratuidad de la educación en todos los niveles que permita una mejora en las condiciones de vida de la juventud trabajadora.