El Camarada Stalin en este escrito, convertido en proclama, hace una breve reseña histórica y su aire transformador, del origen de la movilización por el 1º de Mayo. De cómo en el Congreso de París, los obreros socialistas se pusieron de acuerdo en celebrar precisamente ese día en 1889. Evento que sería la fiesta de los obreros que proclama: “trabajo para todos, libertad para todos, igualdad para todos los hombres”, esto escribe Stalin, porque todas las clases celebran sus propias fiestas y la clase obrera también hace los mismo, pero con otro contenido, de lucha emancipadora.

     Entonces desde que se estableció esa celebración obrera, derivada de una dura y sangrienta lucha contra los capitalistas, desde entonces el grito de combate del socialismo obrero resuena con fuerza creciente en los mítines y manifestaciones del Primero de Mayo. Y más adelante agrega: “Altas olas se levantan en el mar de la indignación proletaria que cada vez más amenazador ataca los vacilantes bastiones del capitalismo”. Esto en un contexto de huelgas obreras mineras que se desarrollaban en varios países.

     La proclama más adelante expresa con fuerza: “<Nosotros no adoramos el becerro de oro>. ¡No necesitamos el reinado de los burgueses y los opresores! ¡Maldición y muerte al capitalismo con los horrores de la miseria y las matanzas sangrientas! ¡Viva el reinado del trabajo, viva el socialismo!

     La proclama tenía escrito también que los obreros rusos no se quedarían atrás celebrando y extendiendo a los demás obreros del mundo su mano, para cumplir con lo que Marx y Engels proclamaron: “¡Obreros de todos los países, uníos!”

     Esta declaración también denuncia el papel de mentirosos que juegan los liberales rusos, como los oportunistas y reformistas -como hoy en nuestro país y en el mundo-, que señalaban que “el zarismo se ha afianzado en Rusia y es capaz de satisfacer las necesidades del pueblo…peroran en todos los tonos que la revolución ha muerto y que vivimos en régimen <renovado>”.

      Después de denunciar la falta de libertad individual, de los latrocinios de las instituciones, de la represión brutal a las huelgas de los obreros, los asesinatos, las provocaciones de la policía política (Ojrana), en lugar de tranquilidad y bienestar, suicidios y hambre, depravación, etc., se pasaban a las reivindicaciones democráticas que abrían camino a la revolución socialista que los bolcheviques seguían organizando, sentenciando: “¡Y hoy en el día del Primero de Mayo, …juramos luchar por el derrocamiento definitivo de la monarquía zarista, que saludamos la inminente revolución rusa, liberadora de Rusia!”. Y concluía: ¡Abajo el capitalismo! ¡Viva el socialismo!

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Por PCMML

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