Hoy en el marco del 10 de Mayo “Día de las Madres” la propaganda se desborda, en dejarles claro a las mujeres madres el lugar que esta sociedad capitalista les delega y relega, exaltando el estereotipo de la madre superhéroe (todo un modelo de abnegación y entrega incondicional), lo dicen los moños en los artículos para el hogar, los festivales en las escuelas, las “rebajas” en las tiendas de moda, reafirmándoles a cada una de las madres en este país su papel de madre, esposa y ama de casa.
La celebración del Día de las Madres surge como una respuesta reaccionaria de la burguesía y su Estado ante la lucha organizada de las mujeres por conseguir sus derechos civiles, políticos y sociales que aun hoy no se garantizan para la mayoría de mujeres, madres, trabajadoras, para la mayoría de estas madres esta fecha representa una doble o triple jornada laboral, ya sea en el ámbito público o privado.
Hoy rendimos homenaje a las madres que han abanderado la lucha por las causas justas, madres que han enfrentado al Estado en la búsqueda de justicia, madres como Marisela Escobedo, Araceli Osorio o Irinea Buendía, las madres buscadoras o rastreadoras que son pioneras en la búsqueda de los desaparecidos, madres de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero, que desde 2014 no han dejado de salir a las calles para buscar a sus hijos desaparecidos, las madres de los migrantes que hoy recorren nuestro país en la búsqueda de sus hijos, migrantes centroamericanos que desaparecieron en México durante su trayecto hacia Estados Unidos, buscando que las organizaciones internacionales reconozcan que en México se vive una grave crisis humanitaria.
Son las madres de la condición social más pobre que con el movimiento organizado han salido a las calles a denunciar el entramado político, económico y social no solo de un gobierno corrupto, ineficiente e indolente, si no del propio sistema que con su política de mercado cobertura y alienta a seguir cometiendo crímenes; para esas madres este 10 de Mayo representa no un día de fiesta, sino un día de protesta, nada que celebrar y mucho que denunciar, madres que no sólo han tenido que hacer frente a sus obligaciones cotidianas de madres y esposas, y con mucha frecuencia de sostén único de sus hogares, sino que han sido guardianas de la memoria de infamias perpetradas por quienes han violado los derechos humanos y arrebatado la vida de generaciones de mujeres y hombres.
El mejor homenaje que hoy podemos brindar a todas las mujeres, madres, trabajadoras, es sumarnos a la lucha organizada en contra de la ideología dominante, de una sociedad que las reduce a su papel de madres, esposas y amas de casa; es romper los paradigmas de este festejo y reconocer que en nombre de esta abnegación se anula transformar las estructuras que refuerzan y perpetúan la discriminación de género y la desigualdad social, que es necesario cuestionar un sistema y luchar por el fin de toda opresión y explotación. Y este 10 de Mayo se movilizaron en la Ciudad de México para exigir justicia por sus hijos e hijas, asesinada(o)s y desaparecida(o)s.
10 de mayo combativo y proletario