Gorki y Lunacharski también reivindicaban la idea del uso del arte como medio para inspirar la acción política. Para ello los intelectuales revolucionarios debían esforzarse para elevar el nivel ideológico e intelectual del proletario y fueran integrándose a las filas del partido para liderar la “futura” revolución antizarista cuando estuvieran listos para hacerlo. A diferencia de Lenin, que sostenía que la revolución debía ser liderada por revolucionarios profesionales. Lenin expuso que la conciencia de los trabajadores venía del exterior, los revolucionarios profesionales que dedicaban su vida al estudio de la ideología marxista y al trabajo militante, eran los que debían llevar la conciencia revolucionaria al proletariado y que el Partido no debía rebajarse al nivel intelectual de los trabajadores sino que los revolucionarios profesionales debían elevar el nivel intelectual y de conciencia de los mismos.
Otra de sus propuestas era, otorgarle un carácter religioso al socialismo para que infiriera profundamente en la conciencia del proletariado para encontrar inspiración para la acción política, ya que analizaron que históricamente las religiones han inspirado a pueblos del mundo a la acción política, incluso a dar la vida en batalla. Por otro lado Bogdánov desarrolló la idea de “empiriomonismo” el cuál es un sistema idealista y subjetivo que en el fondo, defendía las tesis idealistas de Ernesto Mach, que se le denominó “machismo”.
Ambas ideas fueron criticadas firmemente por Lenin, particularmente el empiriomonismo de Bogdánov, después de estudiar más de doscientos libros sobre filosofía materialista y sobre dialéctica construyó una obra titulada “Materialismo y Empiriocriticismo”, donde con una sólida crítica, desenmascaró el carácter reaccionario de los “machistas”, también confirmó y desarrolló los fundamentos teóricos del Partido Marxista.
Luego de la toma del poder por parte de los bolcheviques en 1917, el gobierno provisional de los soviets, nombró a Lunacharski como Comisionado del Pueblo para la Instrucción Pública, a pesar de las diferencias que habían tenido en el pasado. Con este cargo Lunacharski desarrollo la idea de la Cultura Proletaria (ProletKult). Esta consistía en crear una nueva cultura que reflejara los intereses de la nueva clase dominante, es decir la clase obrera. La nueva cultura debía romper con la cultura burguesa y reflejar el nuevo modo de producción socialista.