En la historia contemporánea de nuestra lucha de clases, no solo hemos derrotado al Partido de la burguesía que mayor cohesión y hegemonía le dio a su clase (la burguesía) y que parecía invencible: el PRI; sino que también hemos logrado derrotar a quién aparecía como su principal interlocutor desde la oposición de derecha reaccionaria: el PAN.
Y a lo largo de todo este periodo, los comunistas marxistas-leninistas, siempre hemos mantenido que esos partidos eran: “dos caras de la misma moneda”. Es decir, representantes de la dictadura del capital contra el trabajo y los pueblos de México.
Otras fracciones de la burguesía y la pequeña burguesía y sus partidos, también con ambos partidos, demarcaban sus “diferencias” pero establecían y establecen alianzas con uno u otro para mantener la explotación, la opresión y la dominación de los monopolios y todo el sistema capitalista-imperialista sobre el proletariado y los pueblos de México.
Finalmente, más o menos de 1982 a la fecha ha quedado claro que PRI, PAN y PRD son lo mismo y poco a poco, también va quedando claro que Morena y sus aliados son también lo mismo que PRI, PAN y PRD. Es decir, que todo el sistema de partidos y la democracia burguesa tienen el mismo fin y objetivo: preservar la dominación, la explotación y la opresión de todo el sistema capitalista-imperialista, sobre el proletariado y los pueblos de México.
Y en medio de esa claridad que se abre paso, también se va abriendo paso la certeza de que el proletariado y los pueblos de México somos en realidad la verdadera fuerza todopoderosa que ha logrado la transformación moderna del país y el desarrollo vigoroso de las fuerzas productivas. ¡Cada centavo de riqueza, es carne de nuestra carne y sangre de nuestra sangre!
En esta dirección, como parte del desarrollo de la lucha de clases, los trabajadores van avanzando un nivel de conciencia de clase como los pueblos de Perú, Inglaterra, Francia, los Padres y Madres de los 43 normalistas, la huelga del SUNOTIMEX, SUNTNAFIN, SUTIEMS, y otros quienes van conociendo mejor la naturaleza de la burguesía y sus representantes frente a sus demandas.
Que realmente las clases dominantes no han contribuido con un solo centavo a la riqueza que hoy tienen en nuestro país y que ellos usurpan sin merecerlo lanzándonos a nosotros a la deshumanización, la miseria, la pobreza y la depauperación.
Y que entonces, ha llegado la hora de poner manos a la obra para hacernos justicia, por fin. De crecer y elevar nuestra organización y formas de lucha para seguir construyendo de manera consciente, ordenada, disciplinada y planificada, la victoria de la táctica y la estrategia de la Revolución Proletaria, que pondrá fin a la propiedad privada de los medios de producción, la explotación, la opresión y la dominación del sistema capitalista-imperialista y a continuar la construcción del socialismo y el comunismo.
Así está la lucha de clases por estos días.