El viernes 16 de febrero se sintió un fuerte sismo de magnitud 7.2 a las 17:40 horas aproximadamente con epicentro en inmediaciones de Pinotepa Nacional, Oaxaca, el cual se pudo sentir en 8 estados de la república mexicana. Durante toda la semana se pudieron sentir réplicas constantes en la entidad oaxaqueña y estados del país que llegaron a 1977 según reporta el Servicio Sismológico Nacional.
En las diversas entidades hubo afectaciones menores, por minutos y horas se cayó el servicio telefónico y la Comisión Federal de Electricidad reportó hogares y comercios sin energía aproximándose al millón. Por la noche no se reportaban personas fallecidas ante el evento sismológico, solo afectaciones materiales que en su mayoría se concentraban en Jamiltepec y Pinotepa Nacional, lugares del epicentro del sismo.
En ese contexto, personal de la Secretaria de la Defensa Nacional, la Secretaria de Gobernación y el Gobernador Alejandro Murat se trasladaron vía helicóptero por la noche de Puerto Escondido a Santiago Jamiltepec para “evaluar los daños ocasionados por el sismo”, fue en ese traslado que durante el aterrizaje el piloto perdió el control en las penumbras y para no caer directamente en la superficie decidió caer sobre las camionetas tipo “urban” que se encontraban en las inmediaciones, de este hecho resultaron 14 victimas mortales y 11 heridos quienes se encontraban en los automóviles pernoctando ante la posibilidad de réplicas del sismo.
Según el reglamento de tránsito aéreo “Artículo 53.- Durante la noche, no están permitidas las operaciones de las aeronaves, a menos que exista Servicio de Control Aeródromo y se pueda mantener comunicación directa con dicho servicio”. .http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=4786055&fecha=30/07/1975
Estamos ante dos tragedias, la primera impredecible que son los sismos en parte del territorio mexicano pues nos encontramos entre dos placas tectónicas, la placa de Cocos y la placa Norteamérica que cuando se acercan o mueven generan movimiento en la superficie y esto inevitablemente provoca catástrofes; y la segunda es el protagonismo de las instituciones de gobierno encabezadas por el PRI que pretendían sobre esta emergencia social sacar partida política, violando los protocolos de vuelo que han sido reglamentados, todo ello en contubernio con la Secretaría de la Defensa Nacional quienes a pesar de haberse inculpado del hecho, tienen responsabilidad imputable que merece cárcel.
No habrá cantidad de dinero suficiente que devuelva a las 14 personas fallecidas; para los gobernantes en riesgo de muerte fue mejor salvar el pellejo por sobre las vidas de los habitantes de Santiago Jamiltepec.
Y se viene un peor escenario, el gobierno del estado ha declarado que existen 50 comunidades afectadas tanto en patrimonios familiares como en edificios escolares y que es necesario recortar programas sociales y de infraestructura para poder aportar el financiamiento estatal para conformar el Fondo de Desastres Naturales (FONDEN).
El año pasado durante los sismos de septiembre se argumentó la misma situación del recorte de programas sociales e infraestructura para ayudar al Istmo y la Mixteca que se encontraban en desastre, para noviembre y diciembre las victimas de los desastres naturales y maestros mantenían manifestaciones pues no se les había otorgado apoyo real, sino que les habían entregado tarjetas bancarias que erogaban créditos a los afectados, es decir eran prestamos bancarios y no ayuda real.
Por sobre la tragedia los gobernantes y la burguesía mantienen y elevan sus ganancias, mientras que la clase trabajadora se sigue hundiendo en la miseria.
Tomado del Vanguardia proletaria No. 523 del 1 al 15 de marzo de 2018.