Las políticas proteccionistas caracterizadas por la imposición de aranceles se han implementado en periodos en los que el desarrollo capitalista se ha orientado al mercado interno. El agotamiento del proceso de acumulación de capital instituido en el periodo de la posguerra, con la producción dirigida al mercado interno, entro en crisis al desarrollarse sus propias contradicciones en la década de los años 70. La respuesta a la crisis fue la reestructuración del proceso de acumulación en el marco de lo que con eufemismo se denominó neoliberalismo y globalización, constituyendo en realidad una política de creciente explotación, saqueo y exterminio a los pueblos por parte del imperialismo. A cuatro décadas de distancia la política neoliberal se encuentra en varios aspectos agotada, sin posibilidad de elevar el ritmo de la acumulación de capital; las tesis relativas a la apertura comercial no son ya funcionales para paliar la crisis general del modo de producción capitalista.

Es en este contexto que se sitúan hechos como la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, la guerra comercial entre Estados Unidos (EU) y China, y la amenaza de imponer aranceles a las exportaciones de México. En los últimos días, la respuesta del gobierno de México ha mostrado su sumisión ante el imperialismo norteamericano y ante la oligarquía local que produce para el mercado externo y que hoy se congratula y felicita al gobierno por postrarse a sus intereses. La Guardia Nacional es desde ahora, aun sin constituirse plenamente, instrumento al servicio del imperialismo para militarizar la frontera sur de México, dando paso a la apertura de nuevas rutas para la migración con lo que se profundizará el problema del tráfico de personas y la tragedia que viven los migrantes y que tiene por base las condiciones que prevalecen en sus países de origen y que son impuestas por el propio imperialismo norteamericano.

Con lo anterior se reafirma que la política del gobierno mexicano continúa siendo dictada desde el exterior. En el discurso oficial se habla de unidad nacional. Tal unidad no puede existir en una sociedad dividida en clases sociales, en la que el concepto de patria tiene un carácter reaccionario que le sirve a la burguesía para jalonar a las masas hacia sus intereses y legitimarlos como si correspondieran al interés general. Es claro que la no imposición de aranceles corresponde esencialmente al interés de la burguesía local exportadora y de las mismas empresas estadounidenses que instaladas en México exportan a EU mercancías producidas en condiciones de explotación extrema de la fuerza de trabajo.

La política del gobierno de México pretende conciliar intereses irreconciliables por corresponder a clases antagónicas. Una política esencialmente distinta sólo puede emerger de un gobierno de obreros y campesinos pobres, el cual únicamente podrá constituirse a partir del desarrollo de la conciencia de clase y de la organización política del proletariado y los pueblos de México en la perspectiva de la lucha por el socialismo y el comunismo.

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Por PCMML

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