Entendiendo que los gobiernos mexicanos lejos de asumir su papel como garante de impartir educación gratuita y de calidad, ha impulsado reformas a la constitución las cuales desgarran más los bolsillos de los trabajadores. Un salario mínimo que ni siquiera abastece la canasta básica, trabajos informales mal remunerados, sin derechos laborales en su gran mayoría, sin seguridad social ni fondo para el retiro. Todo esto mientras el gobierno privatiza ahora, la educación para sus hijos, haciéndoles pagar lo no deberían por ser sus hijos los futuros profesionales que ayudarán al país. Los jóvenes han asumido un papel de apatía,  de ignorar y desprestigiar los movimientos sociales, pero es justo cuando se tocan  los intereses particulares de la juventud cuando ella sala a abate y defiende de manera estoica su necesidad económica,  ejemplo de ello son la tomas que se mantienen  en distintos planteles de la UNAM, como frente a los altos índices de violencia a las compañeras mujeres, en cualquiera de sus manifestaciones; otro ejemplo de que los jóvenes hemos logrado tomar como propia los procesos asambleísta  y reconociendo su valor de indispensable en la resolución de otros interés es la toma que mantiene la facultad de ciencias de la conducta en  la UAEMEX, también por una cuestión de violencia de género, entendiendo que la violencia que viven  no solo las mujeres en el país es una condición clara que la clase dominante, ha aprovechado históricamente su papel como eso y a lo grado permear en todos sectores,  luego entonces es claro que la revolución es no es una cuestión de género es una cuestión de clase y la juventud ha asumido como una consigna clara para alcanzar el triunfo de la organización.

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Por PCMML

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