Desde su llegada al poder, Andrés Manuel López Obrador y el régimen de la “Cuarta Transformación”, han acrecentado el papel de las fuerzas armadas en la vida pública, aunque demagógicamente digan lo contrario, aumentando progresivamente el presupuesto de la Sedena en 4 mil millones de pesos y de la Marina en 500 millones de pesos, extras a su presupuesto anual actual, por concepto de apoyo durante la pandemia, además, al decreto, de mayo de 2020, que faculta a las fuerzas armadas para realizar tareas de seguridad pública hasta marzo de 2024, ha seguido la orden de AMLO, de militarizar aduanas y puertos a partir de julio de 2020. Al despliegue de más de 80 mil militares en las calles, hasta el mes de julio de 2020, se suma el actuar abierto de fuerzas paramilitares del crimen organizado, primero durante el llamado “culiacanazo” en el que se liberó a Ovidio Guzmán hijo del Chapo Guzmán, luego en el aparatoso atentado contra el titular de la Secretaria de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México: Omar García Harfuch, en el operativo de cacería del jefe del cartel de Santa Rosa de Lima en Guanajuato y posteriormente, en los videos de las fuerzas paramilitares de elite del Cartel Jalisco Nueva Generación. Estos hechos, muestran que el actuar régimen de la “Cuarta Transformación” mantiene, y profundiza, la opresión del proletariado y las mayorías populares, a través de la violencia y el miedo, sometiendo a toda la población mexicana a los designios de la oligarquía financiera.
La sangría resultante de esta opresión, solo en el primer semestre de 2020, es de 17 mil 982 personas asesinadas, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), representando el nivel más alto de violencia de los últimos veinticinco años.
Ante la crisis económica y la pandemia, la oligarquía busca mantener su dominación a sangre y fuego, las fuerzas represivas regulares (militares y policiales) y paramilitares del crimen organizado (esencialmente otra forma de empresa capitalista), desarrollan un papel cada vez mayor y más activo con este fin, ambas fuerzas son el brazo armado de un puñado de oligarcas, que pretenden mantener su orden opresor y explotador, sin importar el número de muertes, sean estas violentas, muertes por enfermedades o por hambre.
Aunque la “Cuarta Transformación” de Slim, Salinas, Pliego, Hank, Romo, López Obrador, y compañía, pretenda velar esta realidad, los hechos muestran la tendencia a una dominación abierta y terrorista del sector más reaccionario de la oligarquía financiera, sobre el proletariado y las mayorías populares, hacia una salida reaccionaria a la crisis económica y la pandemia, por nuestra parte, desde las mayorías explotadas y oprimidas, tenemos la posibilidad de una salida revolucionaria, en la medida que elevemos nuestras formas de organización, unificando, y cualificando, nuestras fuerzas en una Asamblea Nacional del Proletariado y los Pueblos de México, que en cantidad, fuerza y potencia, supere y aplaste las fuerzas represivas de los oligarcas, e imponga un nuevo régimen de las mayorías populares.