Sigue vigente la tesis de que: “vivimos la época del imperialismo y las revoluciones proletarias”.
Las contradicciones fundamentales que atraviesa el sistema capitalista-imperialista: capital-trabajo; comunismo-capitalismo; inter e intraimperialistas; y entre los imperialistas y los pueblos oprimidos, maduran las condiciones objetivas y se agudizan al extremo por el desarrollo extraordinario de las fuerzas productivas que amenazan con romper las caducas relaciones de producción y abrir un nuevo periodo de revoluciones proletarias.
Las crisis y la pandemia han puesto en evidencia esta tesis científica… ahora, hay que poner manos a la obra para darle la correcta solución.
Particularmente en México, en contraste con las fracciones burguesas de la 4T y la derecha golpista y fascista, la estrategia proletaria revolucionaria, implica un programa para la revolución socialista y la dictadura del proletariado, que cumple tareas democráticas, antimperialistas y antifascistas.
En cuanto a la táctica, elevar todas las formas de lucha y organización para consolidar el frente único proletario como columna vertebral del frente único de todo el pueblo en forma de Asamblea Nacional del Proletariado y los Pueblos de México, la Huelga Política General, Insurrección General Obrera-Campesina-Popular y la construcción de los cimientos del poder soviético de las masas.
Las movilizaciones en curso en varias partes del mundo y que en México empiezan a recuperarse, son expresión material de estas contradicciones en medio de la crisis y pandemia.
Nuestras tareas de educación, agitación, propaganda y organización, entre las masas, como hacedoras de la historia, debe fundirse con esta perspectiva.
Así está la lucha de clases por estos días.