LA URGENCIA DE LA VACUNA A NIVEL MUNDIAL
Los principales monopolios farmacéuticos, -que se han encargado de desmantelar los sistemas de salud públicos del mundo-, estadounidenses, alemanes, chinos y rusos – se lanzaron apresuradamente a producir y aplicar masivamente sus vacunas contra el Covid-19, aun cuando la efectividad de las mismas es relativa -según ellos del 95%- y cuando se han esparcido nuevas mutaciones que son 70% más infecciosas.
Pero ¿por qué la vacuna? ¿no hay otras soluciones? Porque son grandes negocios que son financiados en gran parte por los gobiernos y las ganancias se las llevan las grandes empresas que las fabricaron. Es rentable porque el virus permanecerá muchos años entre nosotros y eso requerirá varias aplicaciones por lo menos anuales en todo el mundo, como otros tratamientos mediante fármacos. Una vacuna que cure no es rentable, dicen los capitalistas, pero como se van a aplicar en miles de millones de dosis, ¡vale la pena invertir!
Y ¿por qué la urgencia de vacunar? Porque los obreros deben seguir produciendo las mercancías, principalmente la plusvalía, en mínimas condiciones de salud, y necesitan tener vivo al ejercito industrial de reserva (desocupados), para sacar de la crisis al capitalismo.
Lo único que tienen de garantía sus vacunas, son los amparos legales que les otorgaron las autoridades para no hacerse responsables de las consecuencias del uso de estas.
Otro objetivo para tener la vacuna en 10 meses, un tiempo extraordinario, cuando para elaborarlas ha llevado al menos 10 años, es presentarse como salvadores de la humanidad ante la crisis sanitaria y económica, que se ha agudizado y que puede desembocar en grandes y peligrosas protestas. Entonces la vacuna tendrá un efecto controlador, así la gente vacunada estará “inmune” y podrá trabajar, que es lo que urge, porque la producción no se puede parar.
Las ganancias económicas, políticas y sociales que se esperan de las vacunas, serán, esencialmente, para los pocos personajes que han resultado beneficiados durante esta pandemia y han aumentado su fortuna en más de 400 mil millones de dólares: el dueño de Amazon, el de Tesla, Facebook, Google, Microsoft y un puñado de seres parasitarios que se sienten dueños del mundo. La vacuna no cura la enfermedad, la administra.
ACUERDO DE INVERSIÓN ENTRE CHINA Y LA UNION EUROPEA
Este acuerdo, sin duda, representa un golpe a EE.UU., quien había sido uno de los aliados fundamentales de esta región. El acuerdo lo suscribieron, Alemania y Francia, el mismo que ya se venía construyendo desde 2014. En este China acepta “trabajar en dirección de la ratificación de las normas internacionales relacionadas al trabajo forzado … aplicación de principios de desarrollo sostenible, mejoramiento de la competencia para inversiones europeas, eliminando la transferencia forzada de tecnología y otras prácticas distorsivas, como transparencia de materia de subsidios”. Este arreglo hace explicito, de parte de la Unión Europea, la protección del medio ambiente europeo sobre la base de los Acuerdos de París. Los europeos aceptaron que llegaron a estos acuerdos reconociendo que China viola los derechos humanos y laborales de su país.