El Tercer Informe de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador se caracterizó por un listado de datos presuntuosos que contrastan, en gran medida con lo que se vive de forma cotidiana en los bolsillos de los trabajadores. Por un lado, se anuncia, con bombos y platillos, el crecimiento de datos macroeconómicos y financieros, pero la realidad es contraria. Cifras récord en el crecimiento de la Bolsa Mexicana de Valores, las reservas federales en el Banco de México y las tasas de interés, pero se omite el aumento cotidiano en los precios de los productos de la canasta básica y la disminución real del salario, a pesar de sus “aumentos” decretados.
Mientras en un lado, los grandes empresarios se mantienen contentos con la economía que favorece la inversión y crecimiento de sus grandes capitales, los proletarios y las masas populares tienen que sufrir el aumento de costos en gasolina (cosa que sí sucede), gas, frijol, arroz y maíz.
Este informe se caracterizó por evitar la publicación de datos que dejan mal parado al gobierno de AMLO; como el crecimiento de la violencia y delincuencia, común u organizada, que lacera la vida cotidiana de los mexicanos. Otro dato que se omite, y que es de relevancia general, es que durante los 3 años de gobierno se incrementó la violencia contra defensores de los recursos naturales, de los derechos humanos y periodistas; rebasando la centena de asesinados.
En el ámbito de la educación, se omite por parte del presidente que el presupuesto que se contempló durante estos tres años ha sido menor que el destinado a las fuerzas armadas y se mantiene la reforma peñista más refinada. La militarización da pasos gigantes con la implementación del proyecto de la Guardia Nacional, que había prometido que se desmilitarizaría pero camina en sentido contrario. Un gobierno que prioriza el financiamiento a material bélico que, a la formación de las nuevas generaciones, irremediablemente transita a la derechización y el fascismo. El control de aduanas y puertos, so pretexto de combatir la corrupción, es otro elemento que permite la introducción velada del ejército en ámbitos de carácter político y económico, acrecentando su poder.
El crecimiento económico (presumido por AMLO), es beneficioso a un sector reducido de la población mexicana, los empresarios, y siempre a costa de los proletarios quienes fueron lanzados como carne de cañón para la reactivación económica en plena pandemia, dejándoles la opción de morir de hambre o por Covid-19. Los trabajadores no tuvieron la opción de defenderse, fueron lanzados a las fábricas con salarios reducidos siempre en beneficio de los patrones, además se ha agudizado la precarización de la clase obrera.
Caso similar es el que implica el regreso a clases obligado que está implementado el gobierno federal. Los maestros, a pesar de haber sido vacunados, están a la voluntad del patrón (gobierno federal) todo a costa de la reactivación económica, nunca por la educación y que se lanza a golpeando a la CNTE – comparándolos con la derecha golpista- para doblegarla a su política educativa.