El 7 de septiembre de este 2021, se cumplieron 4 años del temblor que alcanzó una magnitud de 8.2 en escala de Richter (donde hasta ahora en Guerrero solo se han reportado dos decesos), y en la fecha más reciente a la que hacemos alusión se desencadenó un movimiento telúrico que alcanzó el 7.1 Richter y donde penosamente fallecieron aproximadamente 100 personas (según datos oficiales).

     Si bien no se puede culpar al capitalismo de estas calamidades porque es un fenómeno que se desencadena de forma natural por el choque de las placas tectónicas, no debemos olvidar que los efectos de este tipo de fenómenos los pagan más los obreros, los campesinos, los pueblos originarios, del campo y la ciudad, por ello Tlachinollan (boletín, 08 de septiembre del 2021) debido a su compromiso consecuente con las comunidades indígenas se ha sumado a la exigencia para que los tres niveles de gobierno no sean negligentes e indolentes y que se incremente el gasto social para reconstruir viviendas, escuelas, hospitales, centros de trabajo, carreteras, puentes, caminos, así como la pequeña y mediana empresa, sin olvidarnos de todo el sistema público de agua potable, luz eléctrica (donde 1. 6 millones de personas resultaron afectadas en cinco estados: Ciudad de México, Estado de México, Guerrero, Morelos y Oaxaca), y otros servicios como la calefacción, el internet, la telefonía, que de por sí son costosos sin perder de vista que hay segmentos poblacionales considerables que ni siquiera cuentan con lo básico para vivir dignamente. 

     A la Secretaría de Defensa Nacional, la Secretaría de Protección Civil, la Comisión Nacional de Vivienda, al Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, al Gobierno Estatal de Héctor Astudillo Flores y el Gobierno Federal de Andrés Manuel López Obrador, les exigimos que dejen su demagogia populista y resuelvan esta serie de problemáticas, porque a diferencia de estas instituciones y funcionarios incompetentes la capacidad de las organizaciones sociales independientes les supera, o al menos así lo ha demostrado históricamente el valioso ejemplo inspirador de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa y la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), que han actuado en solidaridad frente a estos acontecimientos.

     De igual manera nos solidarizamos con los miembros de la Unidad Habitacional “Pedregal de Cantaluna” en Acapulco que bloquearon la carretera que conecta su Municipio con Zihuatanejo, porque demandan que la empresa “Casas Paquimé” asuma responsablemente un dictamen objetivo y restauren las construcciones afectadas (en Chilpancingo la zona habitacional Infonavit también resultó afectada). Por su parte los habitantes de la Unidad Habitacional “Vicente Guerrero 200” en el Boulevard de las Naciones exigen garantías para que se restauren sus viviendas porque estas son inhabitables y se ven en la penosa necesidad de buscar otros espacios para refugiarse (Fuentes: Tlachinollan, La Jornada y Proceso). 

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Por PCMML

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