“Quisieron enterrarnos, pero no sabían que éramos semilla”
Ernesto Cardenal.
Un día como hoy, pero del 2019 se cometió la desaparición forzada del compañero Arnulfo Cerón Soriano en Tlapa de Comonfort, Guerrero. Dicho acto fue producto de una actitud revanchista y criminal de parte de los gobiernos en turno, donde los tres niveles están implicados, ya sea por acción u omisión.
Merece la pena resaltarse el hecho de que el Frente Popular de la Montaña (FPM) y otras organizaciones populares exigían mesas de diálogo con las autoridades en turno, en ese entonces con el alcalde morenista Dionisio Pichardo García y el Gobernador priísta Héctor Astudillo Flores, ambas figuras junto con sus respectivos gabinetes en lugar de asumir una posición abierta y conciliadora, asumieron comportamientos hostiles y prepotentes que en muchos casos terminaron desencadenándose amenazas contra el FPM, los campesinos que exigían fertilizante y los comerciantes necesitados de instalaciones dignas para realizar su venta de productos.
Todas estas demandas nunca fueron resueltas por los funcionarios públicos, pero sí por la movilización callejera y el respaldo que recibieron de parte del compañero Arnulfo, así como en su momento fueron apoyados por Antonio Vivar Díaz, otro compañero asesinado cobardemente en el marco del boicot electoral del 7 de junio del 2015.
De estas situaciones y muchas otras está enterado el gobierno federal encabezado por el morenista Andrés Manuel López Obrador –en su momento priísta y perredista-, la autodenominada Cuarta Transformación, asume hasta la fecha una postura hostil y de cerrazón ante las exigencias legítimas de las organizaciones sociales, así como del pueblo mexicano en general.
La Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa jugó un papel muy importante en la vida del compañero Arnulfo porque recibió alimentación y hospedaje mientras fungía como universitario. El luchador social perteneciente a la comunidad nahua asumió una solidaridad incansable en la exigencia por la presentación con vida de los 43 normalistas detenidos-desaparecidos.
Su desaparición-asesinato no solo representó una pérdida irreparable para el proletariado huamuxteco, sino también guerrerense, mexicano y mundial; la burguesía local, regional, nacional e internacional nunca le perdonó el hecho de defender intransigentemente a los parias.
A nombre del Frente Popular Revolucionario (FPR) seguimos exigiendo justicia para Arnulfo Cerón Soriano y castigo a los autores materiales e intelectuales de dicha atrocidad después de dos años de su perpetración.