Entregamos a ustedes la parte V de este tema.
F. Engels, camarada de armas de Marx, había dedicado los últimos años de su vida a culminar la obra de El Capital, obra que Marx había dejado inconclusa tras fallecer. Los manuscritos de los tomos II y III de la obra le llevaron demasiado tiempo a Engels, a lo que sumó también las traducciones, más cuando estas no tenían la calidad exigida, lo que obligaba a Engels también intervenir. Tan riguroso era en la ciencia y en la obra con Marx que en la traducción aplicaba la misma exigencia, además él conocía y hablaba varios idiomas.
Engels preparó las cuatro ediciones del tomo I al mismo tiempo que hacía sus propias investigaciones y atendía las tareas del movimiento obrero internacional.
La preparación de la obra pendiente de Marx, Engels la asumía como si estuviera con el propio Marx, así lo comentaba con sus cercanos. Engels tenía en sus manos los manuscritos de los libros I y II encontrados por Hélen Demuth, eran materiales fragmentados, con falta de estilística; la ilegibilidad de la letra de Marx, los anglicismos, vocablos combinados de varios idiomas, lo complejo del objeto de estudio hicieron del trabajo de Engels una gran obra que resultó de ambos. En este sentido Engels escribía a Kautsky, ”el libro II desencantará mucho a los socialistas vulgares. Contiene casi exclusivamente estudios científicos estrictos y muy finos de los procesos que se operan dentro de la misma clase de los capitalistas, pero nada de lo cual se podrán fabricar palabritas en voga o frases altisonantes”. (Federico Engels, Biografía pág. 426-27, 1977).
La enfermedad también estaba presente en Engels, que le hacía perder valioso tiempo para avanzar en la obra. La redacción final del tomo II de El Capital, fue un trabajo creador y extraordinariamente complejo. Compuso en un solo manuscrito todo el material reunido, rellenó lagunas, rectificó las ilaciones lógicas, le dio coherencia en la exposición, le dio forma al lenguaje científico, a pesar de eso él mismo achicaba sus propios méritos. También a las acusaciones de plagio de este libro II, sobre el origen de la plusvalía Engels dio respuesta contundente, demostrando la falsedad de las acusaciones. En este sentido Engels escribió: “La teoría marxista de la plusvalía estalló como un rayo en un cielo sereno”. (Federico Engels, Biografía pág. 427, 1977).

Comparte en tus redes sociales

Por PCMML

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *