Cien años después de la revolución rusa de 1917, hay testimonio escrito acerca de los avances, logros, obstáculos y carencias que alcanzaron las mujeres en la conquista de derechos por parte de las mujeres y su real emancipación del yugo capitalista y patriarcal en los tiempos de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), logros de los más avanzados por la humanidad y la sociedad capitalista, sobre todo.

La evolución de la igualdad formal y la real a lo largo del funcionamiento del socialismo científico, hasta la muerte de Stalin en la URSS, es una cuestión que requiere seguirse difundiendo y demostrando su real dimensión, porque la propaganda burguesa y pequeño burguesa tratan de desaparecerlo o poner en duda, sobre todo con sus generalizaciones que abarcan desde el triunfo de la Revolución de Octubre de 1917 hasta la desaparición formal de la URSS en 1991, generalización que carece de todo rigor científico e histórico porque incluyen el periodo revisionista que gobernó y llevó a la degeneración del socialismo, asunto que ellos tienen que hacer seriamente, porque lo que hacen es propaganda en contra del papel revolucionario de la mujer en la Unión Soviética y la conquistas logradas mediante la lucha de clases. En ese sentido es de destacar el intenso trabajo realizado por las mujeres comunistas bolcheviques en el Zhenotdel (Departamento de Mujeres Trabajadoras y Mujeres Campesinas) creado en 1919 por el Partido Comunista de la Unión Soviética (Bolchevique) <PCUS(B)>, para mejorar las condiciones de vida y contribuir en su formación socialista, para garantizar las aspiraciones más nobles de las masas trabajadoras en la nueva sociedad, la socialista. Fue uno de los más importantes pasos por incorporar a la mujer a la producción, la dirección de la producción y sobre todo a la conducción política del Estado de dictadura del proletariado.

En este propósito las mujeres lograron la legalización del aborto, siendo la URSS el primer país en reconocer ese derecho en los hechos y en el papel, el cual las mujeres de los países capitalistas lucharon también por lograr, además desaparecieron la prostitución. El Zhenotdel o sección de mujeres, dirigida por el Partido Comunista de la Unión Soviética (Bolchevique), ya dirigido por Stalin, fue disuelto en tanto se cumplieron los objetivos de corto plazo que se fijaron, para atacar los problemas más acuciantes sufridos por las mujeres, -uno de ellos el patriarcado- en la transición al socialismo, como el desempleo, desigualdad salarial, violencia, discriminación, humillación, heredados todos de su pasado histórico y del capitalismo. Al desaparecer la propiedad privada de los medios de producción y la explotación asalariada, se dieron los pasos para la eliminación de los problemas sociales dejados por el capitalismo.

Esos primeros años de actividad revolucionaria de las mujeres en el Zhenotdel, fue parte de un largo proceso que tuvieron que desarrollar para lograr insertarse en la sociedad socialista en una condición en la que el capitalismo-imperialismo, para ese mismo momento, ni remotamente les garantizaba a todas las mujeres trabajadoras en otros países. Usando el lenguaje actual, para ese entonces, lo que no sucede ni en nuestros tiempos, las mujeres se empoderaron en serio, eran sujeto revolucionario, conformaban una sola clase social la de los proletarios que actuaba sin distinción de género, unidos mujeres y hombres edificaban la sociedad del trabajo, eliminando gradualmente la cultura de la subordinación femenina, de la “inferioridad” de la mujer, pasando a incorporarse a todas las actividades   económicas,   políticas y sociales jugando un rol de primer orden, organizando y dirigiendo centros de producción industrial y agrícola, en la cultural, la educación, la recreación, la ciencia y la tecnología, etc; sin chocar con su papel de madres, como sucedía en los tiempos del zarismo y antes de la Revolución de Octubre.

La mujer, en ese período aún difícil del desarrollo del socialismo, había logrado dar saltos cualitativos que en su pasado histórico inmediato no había tenido. Había logrado su derecho a la libre maternidad en la familia y en el trabajo; a tener sus hijos, sin perder el trabajo y poder dar cuidados maternos, con la garantía además de tener alimentación, atención a su salud y educación gratuitas, guarderías, etc. La mujer podía vivir en pareja sin la obligación del matrimonio, ni por dinero, ni por intereses religiosos, además sin vivir bajo el sometimiento al varón, por ejemplo, los apellidos del hombre ya no eran obligatorios en el nombre de la pareja mujer y esta podría separase de su pareja sin problemas legales o económicos.

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Por PCMML

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