Las noticias a flor de la piel capitalista-imperialista, parecieran ser solo que las clases dominantes a dentelladas se ponen de acuerdo, se reparten el mundo, y nosotros los explotados y oprimidos, únicamente nos quedamos mirando, cargando sobre nuestras espaldas con todo el horror que brota de ese juego de mercaderes y belicistas.
Sin embargo, de tarde en tarde, pero de manera sistemática y radical, las noticias de una huelga por allá y por acá (Reino Unido o México), o de que “masas de hambrientos” entran por la fuerza a un Palacio de Gobierno en tanto sus moradores habituales huyen despavoridos con pluma y papel en mano para “firmar su renuncia formal al poder” y con ello salvar su pellejo (Sri Lanka).
Este escenario, revela de manera positiva que las contradicciones entre el desarrollo vertiginoso de las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción capitalistas-imperialistas, agrietan y subvierten a todo el sistema de producción, reproducción, dominación y opresión, por el que han irrumpido y seguirán irrumpiendo viejas y nuevas formas de lucha y organización que se van constituyendo en la nueva oleada de revoluciones proletarias.
Como marxistas-leninistas-stalinistas, no solo saludamos y alentamos estos vientos de cambio, sino que participamos en ellos, aprendemos de ellos, aprendemos con ellos, para obtener las lecturas y lecciones científicas y precisas que nos van abriendo camino, como proletariado y pueblos, hacia la victoria de la revolución proletaria y la dictadura del proletariado.
Así está la lucha de clases por estos días.