Durante los últimos 10 días del mes de junio pasado se realizaron varios eventos de las potencias imperialistas con sus respectivos aliados, para profundizar sus contradicciones por la disputa de la hegemonía mundial, pero, sobre todo, frente a la crisis, todos estos bloques, desarrollan una ofensiva contra la clase obrera y los pueblos del mundo.
La XIV Cumbre virtual de las BRICS (24 de junio), la Cumbre del G7 en Alemania (26 de junio), la Cumbre de la OTAN en España (28 de junio), trataron por igual temas fundamentales para el mundo de hoy, como la guerra en Ucrania, el problema de la crisis con sus diversos vértices, con la inflación, la crisis energética, la crisis alimentaria, climática, etc. Cada uno desde sus respectivos intereses monopólicos y de sus bloques imperialistas.
Por ejemplo, en el tema de la guerra, ninguna de las potencias imperialistas que ahí intervienen, ha puesto sobre la mesa propuesta alguna para poner fin a la guerra y evitar que sea un eslabón hacia la tercera guerra mundial, por el contrario, cada uno está pensando cómo aumentar sus créditos de guerra, mayores financiamientos a la guerra en Ucrania, y nada sobre la paz mundial. La OTAN, trazó sus nuevos conceptos para desarrollar un periodo bélico más intenso, logrando incorporar a la gran mayoría de los países de Europa a esta carrera por una nueva guerra de rapiña, incluso ha logrado sacar de la neutralidad a varios de estos como Alemania y Dinamarca.
En lo económico, las salidas que cada bloque imperialista le da al problema de la posible crisis que avecina, radica en la contención de sus respectivas caídas en la tasa media de ganancia, recargando de una u otra forma, los costos de la crisis sobre las espaldas del proletariado mundial