La oligarquía financiera y lo que queda de la vieja monarquía en Reino Unido y el mundo exaltan la muerte de la Reina Isabel II, uno de sus más vietustos personajes, símbolo anacrónico de la Edad Media, del parasitismo, la opulencia, corrupción e impunidad que caracteriza a los gobiernos de las clases dominantes de ese tiempo y el actual.

¡10 días de luto nacional! Impondrá la oligarquía de ese país para homenajear y seguir exaltando lo más nefasto de la ideología, la política, la cultura, monárquico-burguesa que representó dicha persona, quien antes de morir hizo oficial el nombramiento de Liz Truss, como primera ministra después de la caída de Boris Jonhson. Isabel II fue la jefa de Estado británico durante 70 años, tiempo de su “reinado” y su vástago lo será por herencia y por la constitución monárquico burguesa inglesa, hasta que su muerte, sus propias contradicciones o una sublevación popular lo impida.

El “profundo luto” al que quieren llevar al pueblo inglés y del mundo, además de pretenderlos distraer de la problemática económica que enfrentan, no contendrá las protestas crecientes que se vienen desarrollando en el país, contra la carestía de la vida, etc, contra esa política neoliberal monárquica burguesa.

La reina ha muerto y la quieren cubrir de gloria con la impunidad con que la protegieron de los actos criminales de la política que respaldó y promovió -como el neoliberalismo, que inauguró y encabezó Margaret Thatcher- en la década de los ochenta, en el mismo Reino Unido y con todos los gobiernos reaccionarios de su tiempo. En su reinado avaló y ordenó como jefa de Estado las intervenciones colonialistas y militares de su país en otras naciones de África: Sudáfrica; en Asia en la India; América Latina, en Las Malvinas; Oriente Próximo: República Árabe Saharahui Democrática, etc., y en general de la política imperialista de saqueo y destrucción de los recursos naturales ajenos. Recientemente participó y defendió la guerra en Ucrania, junto con Estados Unidos y la OTAN de la es membro Reino Unido; guerra de rapiña y muerte que sume al pueblo inglés con altos costos de sangre.

La Reina Isabel, no fue un simple adorno monárquico, fue la representación del también decadente y desgastado imperialismo inglés y de imperialismo en su conjunto, y su hijo heredero seguirá por el mismo camino, por lo que no hay nada honroso para reconocerle y menos perdonarle, más bien, sigue teniendo cuentas pendientes -al igual que los demás de su clase- con el proletariado y los pueblos de Reino Unido y el mundo, por los graves daños que causó y siguen causando por sus intereses mezquinos.

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Por PCMML

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