AMLO y la 4T, con menos diputados federales y menos senadores, pero con más gubernaturas y congresos locales, que, al empezar su sexenio, marcha, viento en popa, hacia las contradicciones solucionadas entre las diversas fracciones burguesas y la consolidación de la continuidad neoliberal capitalista-imperialista.
Siguen vigentes, todas y cada una de las contrarreformas estructurales y todos los pactos (como el “Pacto por México”) que se establecieron para implementarlos; y, todos los acuerdos económicos, comerciales y militares que se han establecido con los imperialistas norteamericanos, desde Miguel de la Madrid a Enrique Peña Nieto.
Temas como La Prisión Preventiva Oficiosa o La Guardia Nacional bajo el mando de la SEDENA, son clara muestra de la consolidación de la hegemonía (entre las diversas fracciones burguesas) de la 4T y, con ello, el mayor endurecimiento, reaccionarización y fascistización del Estado burgués mexicano como: La junta de gobierno que administra todos los intereses de los explotadores y opresores, en contra de los explotados y oprimidos.
En torno a ello, ¡Todos los poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), de todos los niveles, y todos los partidos políticos burgueses, han cerrado filas!
Frente a esa fuerza material de la dictadura del capital (hoy encarnada en la 4T) contra el trabajo y las masas populares, requerimos retomar y fortalecer nuestra lucha de clases en las calles y las plazas, y, avanzar hacia la construcción ordenada, organizada y planificada de nuestra fuerza material que le dispute nación y poder a todo el sistema capitalista-imperialista hacia la victoria de la revolución proletaria y la dictadura del proletariado.
Esa fuerza material solo puede ser nuestro poder soviético de masas a través de la Asamblea Nacional del Proletariado y los Pueblos de México.
Así está la lucha de clases por estos días.