Destacados marxista-leninistas: Enver Hoxha

Continuamos con la entrega sobre: “Algunos juicios en torno al <Decálogo> Ballista de Mao Tse Tung”. Elaborada por Enver Hoxha. (Parte IV).

     Lenin y posteriormente Stalin en la dirección de la Unión Soviética aplicando una política justa y consecuente -de la industria pesada- con los intereses de los trabajadores, apoyándose también en el desarrollo ciencia alcanzaron un desarrollo que ningun país capitalista y menos China habían logrado, aún cuando sufrieron la invasón fascista de Alemania. Pero Mao Tse Tung, como lo planteaba en su decálogo, subestimando y desechando esa política, se ciñó más a la visión y práctica revisionista que lo guiaba, misma que camuflaba haciendo malabarismo en sus planetamientos, como el que, “si habría que desarrollar la indusria pesada, pero dedicando mayor atención a la agricultura y la industria ligera”.

     En el segundo punto del <decálogo> sobre el lugar donde debe ser construida la industria se plantea que esta debe ser en el litoral porque en China como remanente de su pasado antes de la revolución, los capitales extranjeros se habían instalado en esos lugares para saquear su recursos, pero ahora con una revolución tirunfante las perspectivas deberían ser otras, sn embargo no fue así.

     El tercer elemento del <decálogo> dedicado a la proporción de las construcciones destinadas a la economía y  a la defensa, Mao en su errónea concepción de desarrollar la industria ligera, debilitaba la estrategia militar y la subordinaba a la ayuda de otros países, -lo esparaba de Jrushov, pero no le cumplió- y lo obtuvo sin demora de Estados Unidos, quienes les vendieron su moderna tecnología de guerra. Además uno de los componentes del ejército chino lo constituían los ex militares de Chiang Kai-shek que recibían un sueldo del Gobierno de Mao.

     En relación al cuarto punto del <decálogo>, escribe Enver, que la relación entre el Estado, las unidade de producion y los productores él mismo la desconocía y tampoco comprendía la organización y la división organizativa en China. Al mismo tiempo cuestiona el nivel centralización y burocratismo en lugar de centralismo democrático. Porque en China había nacionalidades y estaban divididas en provincias y no en repúblicas; las provincias no tenía competencia en sus subdivisiones y las fábricas no tenían autonomía financiera, por lo que se preguntaba Enver ¿acaso no caminaba por el sendero de la “autogestión” titista?. A diferencia de China, en la Unión Soviñetica si se practica el centralismo democrático. (Continúa en el siguiente número).

 

 

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Por PCMML

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