Este texto lo escribe el comunista búlgaro Dimitrov, en el contexto de ascenso del fascismo a nivel mundial, como en el de la organización comunista la III Internacional que en esos años existía (1935) para enfrentarlo, defender la URSS y seguir luchando por el socialismo científico.
El fascismo es uno de los rostros más violentos del capitalismo que sigue vivo y se aferra a ser el salvador de este frente a su irremediablemente muerte. En ese sentido y en su brutal defensa es que surge la propuesta táctica comunista del Frente Único. Que es una respuesta a ¿cómo impedir la llegada al poder del fascismo y cómo derrumbar al fascismo victorioso? A esta necesidad se plantea lo siguiente de parte de J. Dimitrov: “Lo primero… es crear el Frente Único, establecer la unidad de acción de los obreros, de cada fábrica, de cada distrito, de cada región, de cada país el mundo. La unidad del proletariado en un plano nacional e internacional es el arma más poderosa que hace a la clase obrera capaz no solamente de defenderse con éxito sino también de pasar triunfalmente a la contraofensiva contra el fascismo, contra el enemigo de clase”.
La importancia del Frente Único, escribe Dimitrov, estriba en su unidad e influencia de este en la clase obrera influenciada por distintas posiciones ideológicas, comunistas, católicas, anarquistas, socialdemócratas, y aquella influida por el mismo fascismo por su demagogia; además influiría en otras capas del pueblo trabajador, en el campesinado, en la pequeña burguesía urbana, en los intelectuales, que inspira fe, confianza en las capas más vacilantes, precisa Dimitrov.
Afirma también que está táctica de unidad de acción, influiría para la clase obrera de los países imperialistas, de sus colonias y semicolonias, quienes podrían hacer alianzas entre ambos países, quienes se verían jalonados por la unidad desarrollada en los países imperialistas, porque los segundos constituyen una reserva del proletariado mundial, que se sumarían a esta lucha antifascista. En este escenario, central es el papel que jugaba la Unión Soviética y su presencia en amplios sectores del proletariado mundial que se alistaron a la defensa del socialismo en la URSS y la necesidad de la revolución en sus países.