53 meses han pasado de la noche de Iguala y del inicio de un amplio movimiento por justicia que retumbo en México y el mundo. Desde aquel 26 de Septiembre del 2014 mes con mes, miles salimos a las calles, los movimientos sociales hemos ya atravesado un sexenio presidencial para colocar las históricas demandas del pueblo sobre la mesa. La creación de la comisión de la verdad, y el aún dudoso compromiso de que se tomaran todas las líneas de investigación para castigar a los culpables, ha sido el compromiso del nuevo gobierno federal, pero aún ese compromiso es un papel hecho sobre una mesa de intereses que van más allá de los actores políticos, pues se levanta sobre la base económica de explotación y acumulación de riquezas. El Estado mexicano con un velo socialdemócrata no deja de ser una estructura de dominación de la burguesía sobre el proletariado y los pueblos, así que la respuesta, y la justicia que se dé respecto a los 43, no dejará de estar en el marco del régimen burgués, se podrán sacrificar peones, pero los grandes oligarcas, las condiciones por las que los normalistas se movilizaron y las condiciones que originan la corrupción, el narcotráfico y el propio narco-Estado, seguirán intactas, ¿qué puede intentar ofrecer un gobierno que plantea la conciliación, y por ende está dispuesto a evitar la revolución? La Guardia Nacional es el ofrecimiento del nuevo régimen, la militarización elevada a rango constitucional y el intento de convencer al pueblo de que el camino de la paz depende de una fuerza que seguirá empuñando las armas contra el pueblo, pero que ahora lo hará con una “Constitución Moral” y un “Código Ético” en la mano. La participación de la policía municipal, estatal, federal y el propio Ejército, en la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa está comprobada, como también se ha probado la intervención del ejército en decenas de violaciones a los derechos humanos y masacres contra el pueblo, o en la participación directa en el crimen organizado, incluso el origen de importantes narcotraficantes se encuentra en el Ejército. Pero AMLO no deja de llenarlos de elogios y de recursos económicos; en su discurso ha purificado y liberado de toda crítica a las fuerzas armadas. Profundizar en cada una de las políticas del nuevo gobierno permite mostrar los intereses que representa, lo que ahora hace con la “Consulta” de la termoeléctrica en Morelos, donde la sangre derramada por ese proyecto, no importó y se busca convencer al pueblo de que los intereses de la oligarquía contenidos en el Proyecto Integral Morelos, son sus intereses. En este nuevo régimen, los revolucionarios, los comunistas consecuentes, no buscamos favorecer a la derecha con la crítica a AMLO, de eso ya se encarga por sí mismo el nuevo régimen; nuestro papel es orientar y seguir construyendo, la verdadera transformación en este país a través de la revolución socialista. Para avanzar en esta necesidad y para convencer a los sectores más progresistas y avanzados, somos firmes impulsores del Frente Único, por lo que ahora y en medio de un 26 de Febrero que tiene en las calles a miles de obreros en Matamoros, a miles de maestros contra la reforma educativa en la CDMX, a cientos de desplazados en el zócalo del país, a miles de trabajadores de la educación en huelga, ratificamos el llamado a la unidad y a la lucha, ¡por una Asamblea Nacional del Proletariado y los pueblos de México! ¡ahora es por la revolución proletaria!

Partido Comunista de México (marxista-leninista)
Frente Popular Revolucionario
Unión de la Juventud Revolucionaria de México


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Por PCMML

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