Las expectativas sobre el nuevo gobierno de la Ciudad de México nuevamente han quedado por debajo de las promesas de campaña. La justificación es la misma que en otros casos, les dejaron peor de lo que esperaban la administración pública y la corrupción es superior a lo calculado. Sin embargo, esta justificación no es suficiente, más bien explica que no hicieron bien el diagnóstico de la situación de inseguridad que se vive en la Ciudad de México o bien han resultado incompetentes para cumplir con las propias expectativas que plantearon de su gobierno para brindar seguridad a la población de la Ciudad de México. Evidentemente no es lo mismo ser oposición que gobierno, más aún si quiere
n conservar la misma estructura del poder económico.
La situación de inseguridad no sólo no ha mejorado, según algunos indicadores ha empeorado. Ello ocurre a pesar de que se asignó la mayor parte del presupuesto de la Ciudad de México a los Asuntos del orden público y seguridad interior, se destinaron 40,441 millones de pesos, entonces qué podremos esperar en otras áreas como salud, vivienda o educación, a las que se les asignaron menos recursos.
A los 100 días del gobierno de la Ciudad de México, sólo se reporta un leve descenso de 0.39 por ciento de homicidios dolosos por día, de 5.19 a 4.8; cuando hace 14 años, la incidencia de asesinatos era de tal sólo 0.8 homicidios por día. Otros indicadores sobre la inseguridad han aumentado como los asaltos en el transporte público, los secuestros, los asaltos en motocicletas. Otros medios reportan un aumento del 300% en narcomenudeo.
Lo que más presume la nueva administración son los ahorros de dinero, pero ello no se ha traducido en ningún bienestar para la población. Aunque el área de la seguridad pública sea la parte del presupuesto más grande, aún no hay resultados. Los trabajadores y sus familias tendrán que seguir esperando para que mejoren las condiciones de seguridad en el área metropolitana del Valle de México y la “Cuarta Transformación” no se ha traducido en nada.