Una fuga de capitales fuerte, puede contribuir a desatar crisis
México es una economía estancada con una tendencia hacia la crisis, tal y como se desarrolla la economía mundial. El nulo crecimiento del PIB expresa las dificultades del proceso de acumulación capitalista, incluidos la propia especulación financiera.
En la economía a nivel mundial, los especuladores financieros y el capital bancario son los principales beneficiarios de una crisis, y su razón de ser igual que todos los capitalistas, es la ganancia. Pero en estos momentos un termómetro de hacia dónde se dirige la económica, tiene que ver con el capital invertido por estos sectores.
En el caso del mercado de bonos gubernamentales han salido capitales por 58 mil 941 millones de pesos, Además la inversión extranjera en bonos gubernamentales ha venido bajando medido en billones de pesos, para enero de 2019 correspondía a 2.27, en julio a 2.20 y octubre de este año corresponde a 2.07.
Igualmente, la inversión en cartera a pesar de la alta tasa de interés que es igual a 8%, una de las más altas del mundo, la Reserva Federal en Estados Unidos la mantiene en 2%; a pesar de esta diferencia en el primer trimestre hubo una salida de los llamados capitales golondrinos de 8,000 millones de dólares (mdd), y durante el segundo trimestre fueron 4,000 mdd.
En este marco lo que se destaca es que la economía capitalista mexicana está inmersa en el poder del capital bancario y especulativo, que no solamente es una característica del capitalismo en general, sino de una política económica neoliberal. Esta no se entierra por decreto, sino incluso en marco del capitalismo, sino se les condiciona, siguen jugando exactamente el mismo papel especulativo y parasitario, que en momentos como el actual, donde la economía mexicana muestra agotamiento, sin crecimiento, una fuga de capitales fuerte, puede contribuir a desatar una crisis.
Esto aún cuando se les tributa altas tasas de interés y las mejores condiciones jurídicas y fiscales para la especulación, son auténticos especuladores parasitarios que viven del corte de cupón, y políticamente forman parte de la reacción política, como factor de desestabilización.