La lucha ideológica tiene diversidad de expresiones y toma cuerpo como concreción de las leyes y categorías de la dialéctica; particularmente importante en el terreno de la política evidencia sus expresiones en las diferentes visiones acerca de determinados fenómenos: el desarrollo de la lucha de clases, las contradicciones fundamentales, el enemigo principal, los aliados, la aplicación de la táctica y la estrategia, los principios y las formas organizativas, las relaciones con otras corrientes ideológicas, el papel del Partido, el desarrollo del trabajo entre la clase obrera, el campesinado, los movimientos sociales, etc.

Se expresa también dentro de las organizaciones, así como en las relaciones entre éstas, marca límites, define métodos de trabajo, formas de lucha y organización, diferenciando las posiciones marxista–leninistas de otras tendencias ideológicas que se hacen visibles, no sólo en los análisis, sino también en el discurso, las posiciones sobre los fenómenos concretos y las formas de acción.

La lucha ideológica no se detiene y por eso tiene incidencia en lo interno y externo, así como en el marco nacional y en el nivel internacional. En este contexto los marxista-leninista hemos librado durante toda nuestra historia una permanente lucha, que es consustancial a nuestra condición:

Además de enfrentar al capitalismo y al imperialismo, entendido el segundo como su fase superior, la lucha ideológica también se expresa ante influencias extrañas al proletariado, como las tendencias reformistas, revisionistas, conciliadoras, dogmáticas y sectarias generando procesos que llevan a la superación de debilidades mediante la utilización de las herramientas del marxismo, en especial la crítica y la autocrítica.

Durante la época de la I Internacional la lucha ideológica interna se enfocó en las contradicciones con los liberales burgueses, anarquistas y lasalleanos. Son conocidas las posiciones de Marx y Engels en la Asociación Internacional de Trabajadores (A.I.T.), ante las posiciones de Lasalle, Blanqui y Proudhon. Toda su literatura; Crítica del programa de Ghota, Miseria de la Filosofía, y en especial el Manifiesto del Partido Comunista, entre otras, expresan de forma clara y tajante el nivel de la lucha ideológica de esa época.

Después le tocó, durante la II Internacional, a Engels primero, tanto como a Lenin después, dar una batalla, principalmente contra la socialdemocracia, que podemos ubicar en dos momentos diferentes: las posiciones durante los primeros años de la II Internacional no fueron iguales al nivel de contradicción que se desarrolló posteriormente con motivo de las actitudes en relación a la guerra, y que le correspondió asumir a Lenin ante las desviaciones conciliadoras y reformistas de la dirección de Berstein y Kautski durante la primera guerra mundial.

La lucha promovida a partir de la conferencia de Zimmerwald fue un punto importante en el desarrollo de las posiciones que llevaron a denunciar el carácter conciliador de algunas tendencias dentro de la II Internacional, las que se plegaron a las políticas de los gobiernos imperialistas, traicionando la consigna de guerra a la guerra.

La Internacional Comunista desde su constitución, que conmemora 100 años, también libra una batalla ideológica intensa para fijar una táctica común a nivel de sus partidos integrantes, aborda de forma decisiva el problema del imperialismo como la nueva fase del capitalismo y define la manera de abordarlo, principalmente con sus tesis sobre el problema nacional y colonial, dando una nueva visión a la lucha internacional, al incorporar al proletariado de las naciones oprimidas como parte de la estrategia de lucha internacional.

La magistral compresión de Lenin sobre este problema se expresa de una forma que no genera dudas, al orientarnos: “Primero. ¿Cuál es la idea más importante, la idea fundamental de nuestras tesis? Es la distinción entre naciones oprimidas y naciones opresoras” que se traduce en la necesidad de desarrollar una política internacional coordinada entre el proletariado de las naciones oprimidas y las opresoras, para enfrentar al enemigo común partiendo de “observar los hechos económicos concretos y tomar como base, para resolver las cuestiones coloniales y nacionales, no tesis abstractas, sino los fenómenos de la realidad concreta”

El problema nacional es un elemento determinante de la política marxista leninista que se rige por una forma particular de abordarlo: lo enfoca desde una óptica internacionalista y no desde el estrecho localismo que podría privilegiar elementos de política interna ante la abrumadora complejidad de los problemas internacionales, reconociendo la importancia de la lucha contra el imperialismo, llega a destacar de un modo claro la cuestión del “movimiento democrático–burgués en los países atrasados.” como parte del entramado de las luchas contra el imperialismo a nivel internacional.

En sus tesis el propio Lenin aclara que este tema ha sido “la cuestión que ha suscitado algunas divergencias.” Marcando la existencia de diferencias entre movimiento reformista y movimiento revolucionario, por lo que en las relaciones con la democracia burguesa de los países coloniales y atrasados es un elemento central construir alianzas, pero sin fusionarse con ella, al contrario mantener siempre la independencia del movimiento proletario sumando fuerzas para derrotar al imperialismo.

Esta concepción fue profundizada en la lucha contra el fascismo por medio de la política de Frente Único del proletariado y Frente Popular con la cual la III Internacional logra construir una táctica para derrotar la ofensiva reaccionaria.

Le correspondió a Stalin liderar la lucha contra el trotskismo, así como contra otras desviaciones, de izquierda y derecha, principalmente consolidando el marxismo leninismo como la concreción de la política proletaria siempre en lucha ideológica contra las desviaciones y deformaciones.

Después de la disolución de la III Internacional la lucha ideológica ha continuado por diversas vías y en las últimas décadas se han dado varias situaciones, donde los marxista leninistas hemos seguido defendiendo las posiciones de Marx, Engels, Lenin, Stalin, la Internacional Comunista, Dimitrov, así como los documentos de la CIPOML sus resoluciones y acuerdos.

Después del XX Congreso del PCUS la lucha ideológica adquirió otras formas: expresó la necesidad de denunciar el revisionismo de Jruschov y sus seguidores, así como al eurocomunismo, el revisionismo chino, el foquismo, teniendo entre sus dirigentes a Enver Hoxha y otros cuadros a nivel mundial.

Hoy la lucha ideológica abarca la clarificación del papel del imperialismo, la acción del bloque EEUU–UE como expresión del imperialismo tradicional, China y Rusia como potencias imperialistas emergentes, las diversas expresiones de la lucha inter–imperialista por un nuevo reparto del mundo, las acciones de agresión contra los países dependientes, las experiencias de resistencia, la denuncia del reformismo y revisionismo moderno, la confrontación con las diversas tendencias oportunistas que hacen el juego a la reacción, las expresiones de la contradicción capital-trabajo y la ratificación del papel de la clase obrera y sus aliados.

Cada partido asume este marco general para delinear su accionar, trabaja sobre la base del marxismo–leninismo, de las orientaciones generales, las directrices generadas por el desarrollo de la experiencia condensada en el programa, línea política, tesis, así como las conclusiones de las conferencias, las orientaciones de los organismos de dirección, las prácticas propias y ajenas, partiendo siempre de definiciones claras sobre el papel del proletariado, su vinculación en la lucha política, la relación de la clase obrera con el campesinado como una alianza estratégica y su trabajo con otras capas sociales.

Un elemento orientador y central de la política de los marxista–leninistas es definida por las resoluciones de la CIPOML y sus acuerdos, que son referencia para nuestras organizaciones y para muchas otras, políticas y de masas, a nivel mundial.

En la fase imperialista del capitalismo, durante el proceso de liberación, es importante analizar las formas de llevar la lucha ideológica al trabajo en el Frente Popular y el Frente Único, como espacios para tratar de avanzar y atraer a las amplias masas, no solo a nivel nacional, sino también a nivel internacional, teniendo presente la ratificación de la importancia central de la clase obrera, de la alianza con el campesinado, así como el trabajo en el seno de las mujeres, la intelectualidad y la juventud.

En el trabajo de construcción del frente es importante valorar el papel de los acuerdos con otras organizaciones, con factores que luchan contra el enemigo común; el imperialismo, teniendo presente la independencia de clase, la defensa de los principios en contra del pragmatismo político, del internacionalismo frente al cosmopolitismo, del centralismo democrático ante el democratismo y el liberalismo, con sus tesis sobre el consenso en contraposición al centralismo democrático, de los principios del partido del proletariado ante otras tendencias, derrotando el sectarismo, estos son elementos determinantes para ampliar la influencia a nivel internacional.

La permanente posición pública de la CIPOML, su solidez y el esfuerzo de sus integrantes para demostrar firmeza en la lucha ideológica, ha llevado al posicionamiento de sus concepciones dentro del movimiento revolucionario mundial, lo que nos ubican como una de las organizaciones de mayor desarrollo y seriedad en el concierto de las luchas revolucionarias.

La declaración de la XXIV sesión plenaria publicada a finales de 2018, así como las expresiones regionales ratifican la posición internacionalista y antiimperialista: “la exacerbación de las contradicciones intrínsecas del sistema capitalista imperialista agudizan la crisis general del capitalismo…afecta a millones de trabajadores, a los países dependientes, a los pueblos y naciones oprimidos…”

La confrontación entre potencias dominantes y la injerencia en los países dependientes nos hacen ver con más claridad el enemigo común, que se expresa en la agresión y rapiña por lo que queda ratificada “la vigencia de la lucha por el derecho a la autodeterminación de los pueblos como una cuestión actual, que se expresa en varios continentes y al interior de diferentes Estados; en la lucha anticolonialista y en oposición a las políticas neocolonialistas.”

En varias regiones del mundo avanza la agudización de las contradicciones fundamentales, así como la lucha ideológica en todos sus matices, en América latina se ubican varios focos y Venezuela es uno de ellos, por tal razón es importante analizar los sucesos y valorar situaciones de la actual coyuntura.

 

LOS SUCESOS DE LA FRONTERA Y LA DECLARACION DE ALERTA NARANJA POR PARTE DEL GOBIERNO DE VENEZUELA.

 

No es la primera vez que la burguesía utiliza el bloqueo y el estímulo de la guerra entre países oprimidos como excusa para frenar las acciones de un pueblo rebelde que avanza en un proceso democrático, con esas amenazas tratan de crear las condiciones para la agresión directa.

Esa vieja política imperialista se pretende aplicar al pueblo de Venezuela que ha venido resistiendo y luchando contra la agresión imperialista, mientras se vive un momento de gran peligro dado por la activación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) y el aumento de la tensión en la frontera con Colombia como pasos previos a una acción militar.

Posiblemente los capitalistas que dirigen el Departamento de Estado de los Estados Unidos no estén en condiciones de generar una agresión militar directa contra Venezuela con sus propias tropas debido a que su situación económica no es la mejor; tiene una guerra comercial en curso, problemas en todos los continentes y una confrontación armada en ascenso en el Medio Oriente.

El gobierno de los EEUU, para no involucrarse directamente en una nueva aventura bélica utiliza sus títeres y pretende exaltar el nacionalismo de derecha, el fanatismo religioso, tanto como el fascismo, la xenofobia y otras tendencias de profunda raíz reaccionaria para provocar peleas entre los mismos pueblos.

Los habitantes de la frontera colombo-venezolana, olvidados del Estado, que sólo se acuerda de ellos para enviar tropas cuando requiere demostrar ante los medios su acción contra la guerrilla, saben que no ganarán nada sumándose a una guerra entre hermanos por lo que tienen claro su rechazo a las acciones desestabilizadoras que desde el gobierno reaccionario de Colombia, por medio de los paramilitares, pretenden profundizar hasta llegar a la agresión directa.

La lucha de clases no deja de hacerse presente allí y se expresa claramente cuando los campesinos y la clase obrera sirven de base a la guerrilla y a las políticas tanto sociales como antiyanquis del gobierno bolivariano. Por otro lado los terratenientes y la burguesía promueven al paramilitarismo y apoyan al gobierno fascista de Colombia.

En medio de un boicot económico cada día más severo y descarado, del robo de empresas y reservas internacionales, de un bloqueo comercial y financiero, de amenazas de agresión militar directa e indirecta, de negociaciones entre fracciones de la burguesía, nuestro partido, consecuente con las premisas del marxismo leninismo expresadas puntualmente por la IC en sus tesis sobre el problema nacional y colonial, así como en otros documentos, profundiza su política de movilización revolucionaria junto al pueblo.

En tales condiciones llamamos a las fuerzas democráticas, revolucionarias, en especial a los marxista leninistas a expresar sin ninguna duda la solidaridad con el pueblo de Venezuela que resiste y lucha contra la agresión imperialista, que en medio de una compleja situación va construyendo las bases para la lucha revolucionaria, que asume como principal enemigo al imperialismo en todas sus expresiones, acumulando fuerzas para una lucha cada día más dura.

La activación del TIAR expresa un paso más en la escalada violenta del imperialismo a nivel mundial y regional, la preparación de acciones militares de agresión de un grupo de gobiernos bajo la dirección de EEUU contra el pueblo de Venezuela, en primer momento, pero que se expande contra Cuba, Bolivia, Nicaragua, incluso Colombia, Brasil y los otros pueblos de la región, donde las fuerzas revolucionarias acumulan fuerza y se preparan para el choque, ya que ante una acción militar en las fronteras de Venezuela los pueblos de los países vecinos se verán afectados y los revolucionarios de la región no podremos cerrar los ojos, lo que llevará esta conflagración a un terreno más amplio que el territorio venezolano.

La activación de la fase 2 de los protocolos de defensa de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) que ha sido expresada como alerta naranja, junto a la movilización de tropas hacia la frontera con Colombia para ejercicios militares, así como la activación de la milicia bolivariana significan la decisión de una parte del gobierno venezolano a mantenerse, así como el respaldo de los pueblos y revolucionarios de ambos lados de la frontera.

Estas acciones obligan a los revolucionarios a fijar posición, dejar la ambigüedad y asumir sin vacilaciones los lineamientos de la IC en lo que respecta a la lucha de los pueblos oprimidos y los procesos nacional revolucionarios.

Para los revolucionarios del mundo, de América latina y en especial Venezuela, Colombia, Brasil, es momento de sumar fuerza, coordinar acciones y crear una importante unidad de acción para derrotar junto al pueblo las bandas paramilitares ultra-reaccionarias, los fascistas, los reformistas y las iniciativas de la burguesía internacional en la región.

Los escenarios que se avecinan son todos de gran complejidad, las masas populares y la vanguardia revolucionaria requiere estar preparada para afrontarlos; la agresión imperialista, la heterogeneidad del gobierno, las políticas desacertadas, la debilidad del movimiento popular así como la falta de fuerza de la vanguardia determinan la actual realidad, la tarea es cambiarla para poder asumir los grandes retos y derrotar al enemigo de clase con la movilización popular.

 

EL SOCIALISMO SÓLO SE CONSTRUYE CON LA ALIANZA OBRERO CAMPESINA
EN EL PODER Y EL PUEBLO EN ARMAS.

 

BP del PCMLV.

Septiembre de 2019.

 

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Por PCMML

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