Quienes pueden estar detrás de estos asesinatos son los israelíes y, por supuesto, el imperialismo estadounidense, quienes, en el New York Times, avalaron esto “para impedir el desarrollo de uso de la energía nuclear, sobre todo para el uso militar. El recién asesinado Mohsen Fakhrizadeh era el principal arquitecto del programa nuclear de Irán. Era el jefe del programa militar secreto de Irán y había sido buscado por el Mossad (organización terrorista israelí) durante varios años”, “Su muerte es un gran golpe psicológico y profesional para Irán”.
El terrorismo desarrollado por Israel y Estados Unidos contra Irán no es nuevo y este se ha venido aplicando desde que Irán entró en contradicciones con EE.UU., desde la “revolución (1979)” iraní al romper su dependencia con este, tras el derrocamiento de la dinastía Pahlaví en Irán. 
La ejecución del científico iraní aumenta las tensiones en la región, porque los del grupo de Netanyahu quieren obstaculizar las negociaciones -rotas por Trump- ya establecidas desde los acuerdos sobre energía nuclear 5+1 (por las potencias imperialistas que participaron), realizados durante el gobierno de Obama, además de intentar provocar de parte de Irán una respuesta militar a los EE.UU., para romper la débil estabilidad regional con peligro de extenderse mundialmente.
Israel sigue y seguirá, siendo una pieza clave del terrorismo imperialista estadounidense para intentar conquistar el Oriente Próximo, y que hoy, con la llegada de Biden a la presidencia, las contradicciones son de forma con Trump, que representan los dos bloques del imperialismo, pero Israel independientemente de eso seguirá sirviendo a esos intereses, sea quien sea quien esté en la presidencia de ese país.