Ricardo Aldana continuidad de Romero Deschamps y acuerdos políticos con la 4T

En medio de la depresión económica que atraviesa la economía del país, donde el neoliberalismo capitalista se mantiene a pesar de que la “Cuarta Transformación” (4T) declaró su “aniquilamiento”. Nos encontramos también la mentirosa declaración de AMLO de que “ya no hay sindicatos de Estado” que terminaron con la reforma laboral; ya que la elección del secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) es la continuidad antidemocrática y del “charrismo” sindical en la nueva época de la 4T.

Una elección presidida de un interinato espurio en la Secretaría General del STPRM del priista Manuel Limón ante la renuncia de Carlos Romero Deschamps. al negociar éste con el Gobierno de la 4T su impunidad y “jubilación”; negociación que implicó la sustitución de Limón y la convocatoria a elecciones de un nuevo secretario general, anunciando AMLO que la elección sería con voto electrónico (como si eso fuera garantía democrática) y el 31 de enero del 2022 la elección, sin limitar la participación de candidatos, incluyendo a los miembros de la camarilla sindical. Toda una etapa donde los intereses económicos y políticos sindicales “charros” no fueron trastocados aún cuando el Gobierno de la 4T a través de la fiscalía tenía en sus manos los suficientes elementos de su delincuencial accionar como los enriquecimientos inexplicables.

Los acuerdos entre la 4T, los líderes sindicales charros y lo ofrecido a la oposición, para las elecciones de las 36 secciones, era que fueran posteriores a la elección del secretario general, situación que cambió y fueron realizadas estas primero en las secciones a conveniencia del sindicato charro y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, para concluir el proceso el 31 de enero.

En la parte previa correspondiente a los planteamientos de los diferentes candidatos a la secretaría general del STPRM, ocuparon el espacio de la mañanera del Presidente AMLO para aparentar que todo el proceso era transparente y mandar la evidencia a los observadores del Tratado México-Estados Unidos de Norteamérica- Canadá de libre comercio que “exigen democracia sindical” y proyectar las supuestas bondades de la reforma laboral. Viéndose en esa pasarela de “chiste” las promesas gremialistas economicistas, el seguir ordeñando la empresa paraestatal preservando las ambiciones sindicales y sus consideraciones de que Pemex es de ellos “los trabajadores y sus familiares”, además de definiciones y políticas afines al Gobierno de la 4T como la austeridad; reivindicar acciones que le corresponden propiamente al gobierno federal; dolores y quejas ante la agresividad de los charros sindicales.

Destacando la ausencia de alternativas para la clase obrera en la democratización sindical, de llevar a la práctica la defensa de los intereses de clase de la base de trabajadores (de planta y transitorios), de las responsabilidades que se tienen como trabajadores al servicio de una empresa paraestatal de los mexicanos, que ha sido saqueada por los empresarios y diversos funcionarios en distintos gobiernos, así como por el sindicato “charro” del STPRM. Tampoco se planteó la perspectiva del trabajo ante la modernización de la explotación por parte de la oligarquía financiera y los diferentes sectores de la burguesía y las repercusiones en el Contrato Colectivo de Trabajo.   Se expresó una oposición polarizada, débil política e ideológicamente que dependía del buen favor que AMLO les haría, aislada del proceso de lucha unitaria del movimiento obrero popular y más distante de concebir un sindicalismo revolucionario.

La elección del priista Ricardo Aldana a la secretaría general del STPRM es un golpe a los intereses de los trabajadores y el pueblo mexicano, no solo para los agremiados a este sindicato, ya que seguirá siendo un feudo de prácticas de la violencia física administrativa y laboral, de corrupción para el control de uno de los principales gremio

s de organización sindical de los trabajadores y condicionado al interés de los capitalistas.

Las elecciones no estuvieron en manos de los trabajadores, sino de la cúpula “charra” y oportunista del STPRM y el Estado mexicano de la 4T, no hubo el ejercicio libre del voto y su secrecía, fue producto de las necesidades neoliberales del capital y su Estado burgués. Por lo que los trabajadores petroleros deberán redoblar los esfuerzos organizativos ligados al conjunto del movimiento obrero popular en su lucha por hacer suyo el sindicato, que en sus tareas también van ligadas a la caída del gobierno y su Estado represor para ello está el fortalecer su Partido que los convoca a sumar esfuerzos en la lucha por el socialismo, el comunismo: el Partido Comunista de México Marxista Leninista.

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Por PCMML

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