De acuerdo con el más reciente análisis emitido por el Monitor de Sequía de México, las entidades que presentan mayores afectaciones por el fenómeno natural son Aguascalientes, Baja California y Sonora debido a que el 100% de sus municipios presentan algún nivel de sequía. Bajo este mismo estándar, le siguen Coahuila, Chihuahua y Querétaro con más del 94% de sus demarcaciones políticas, tomando en cuenta el  número neto de municipios involucrados, los estados más afectados son Coahuila con 36 (94.7% de sus municipios), Chihuahua con 64 (95.5%), Guanajuato con 33 (71.7%), Hidalgo con 40 (47.6%), Oaxaca con 62 (10.9%), Puebla con 41 (18.9%), San Luis Potosí con 47 (81%) y Sonora con 72 (100%). A nivel nacional, son 571 municipios de México los afectados por sequías, lo que representa el 23.2% del total.

Según su mejor estimación, la probabilidad de que un grupo de eventos ocasione la pérdida de los cultivos de maíz en al menos tres de los graneros del mundo en el mismo año casi se duplicará, del 29% al 57%, para el año 2100. La crisis hídrica de nuestro país no es un fenómeno de carácter meramente ambiental como los ecologistas de la burguesía plantean para encubrir el control criminal de los grandes industriales sobre el agua, mientras se da un gran desabasto para la población, en primer lugar las grandes empresas Coca Cola, Heineken de Mexico, Bonafont, etc., acaparan un gran número de las reservas de agua en base a concesiones dadas por el Estado mexicano, y las cuales aún en el extremo de la crisis hídrica no han sido canceladas ni suspendidas, además las zonas habitacionales de las clases más pudientes no se ven afectadas, lo que denota las prioridades de los gobiernos municipales, estatales y federal.

El problema del agua es inherente al capitalismo, la desigualdad en el acceso a los recursos ha llegado al extremo de abarcar aquellos fundamentales para la subsistencia y avanza dentro de este marco, no solo a dejar en la sequía y deshidratación a millones por el desbasto sino perfilándose a la privatización general del agua, teniendo que pagar cada litro consumido como ya se ve en algunas ciudades de Europa, por lo que las soluciones no solo se darán bajo el discurso moralista arcaico de la consciencia ambiental como la única respuesta sino aglutinando una lucha contra el ecocidio, el acaparamiento y la privatización impuestas por la burguesía.

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Por PCMML

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