A través de sus organismos financieros y sus medios de información los capitalistas reconocen que desde el 2022 se entró en “recesión”, señalando que las tres economías más fuertes: China, la Unión Europea y Estados Unidos sufrieron caídas en la producción, después de la leve recuperación de 2021 y los elementos que los han “desacelerado” o contenido son: “… las secuelas de la Pandemia Covid-19, la crisis energética, la inflación disparada y los últimos coletazos del Covid-19”. Es decir, el sistema capitalista imperialista se sigue hundiendo.
Según esas fuentes, la economía de esas potencias imperialista cayó, en el segundo trimestre de 2022; China: -2.3%, Estados Unidos y Reino Unido: -0.1%. La Zona Euro y Japón apenas llegaron a 0.6% y 0.5%, respectivamente. Estados Unidos tuvo descenso negativo en dos semestres consecutivos.
La guerra en Ucrania -según el Fondo Monetario Internacional- será un fuerte factor de “desaceleración económica”. Los cortes de gas ruso a Europa y una caída de las exportaciones del gas ruso provocó un descenso del +2.6% de la economía global. La economía mundial en ese sentido registra 5 veces esa baja del 2% desde los años 70, situación que hace evidente la tendencia decreciente de la ganancia capitalista.
El encarecimiento del gas y el petróleo arrastró a varios países a caídas de la producción industrial, materia prima para esa rama productiva, lo mismo en la agricultura, por el uso de fertilizantes que dependen del uso del gas.
Este escenario trae una consecuencia en los países endeudados en dólares, pues sufrirán fuertes incrementos de sus deudas en dólares, pues está moneda está por encima de sus monedas nacionales y eso les causará grandes déficits en muchos rubros de su economía, sobre todo la parte social, que han sido agravadas por las alzas en las tasas de interés que ha aumentado la reserva Federal de Estados Unidos, para precisamente estos no sufrir una caída precipitosa de su economía, lo que está generando crisis de deuda al no poder pagar estas, como Argentina, Chile, Colombia, etc. Así mismo los bancos centrales de los países deudores principalmente y del resto de países que comercian con dólares harán los mismo desarrollando un círculo vicioso, que desborda la especulación tanto financiera como de criptomonedas que no resuelven la reproducción de capital y por tanto la recuperación real de las tasas de ganancia.
Se ha llegado afirmar que el sistema financiero global “está en un punto de inflexión” y se vive una crisis inflacionaria que ha llevado a tener tasas bajas de interés y se replantean repensarse todos mecanismos de especulación. Es decir, lo que ha sido artificial, ya no les sigue funcionando.
Por ejemplo, Reino Unido vivió la crisis de las pensiones (estos fondos se invirtieron en bonos de deuda y se perdieron), lo que llevó a dimitir la recién primera ministra de ese país, que no pudo solucionar dicha crisis. Además, el Banco Central Europeo ha alertado que se “cuiden” de la especulación que no controlan los bancos, porque por allí “puede estallarles la crisis”, generando contradicciones entre los especuladores regulados y los no regulados. La política monetaria especulativa nuevamente ha fracasado y a pesar de eso sigue siendo una arma para controlar a los trabajadores y pueblos, porque los billetes no tienen respaldo en oro, ni en la reproducción real.