La crisis estructural del sistema capitalista se agudiza. La disputa por territorios, materias primas y mercados alcanza su punto más álgido en la guerra que se desarrolla en Ucrania, la guerra comercial entre Estados Unidos (EU) y China, el genocidio y los crímenes de lesa humanidad que comete Israel contra el pueblo palestino, sirio y Líbano e iraní, el bombardeo de EU sobre instalaciones nucleares Iraníes y la respuesta Iraní a bases militares de Estados Unidos, así como el riesgo de una conflagración militar de mayores alcances.
En México, la presidenta de la República encabeza el denominado “Segundo piso” de la Cuarta Transformación, proyecto que no solo continúa la política económica neoliberal, sino que la profundiza. Como complemento del control político a través de los programas asistenciales clientelares, las conferencias matutinas, ahora llamadas “Mañaneras del pueblo”, refuerzan el control ideológico distorsionando la visión de la realidad, mediatizando la lucha legítima de la clase trabajadora y los pueblos. Temas como migración, comercio, aranceles, racismo, seguridad y terrorismo, son expuestos como fenómenos sociales universales alejados de la lucha de clases, la descomposición del sistema capitalista imperialista, y constituyen ataques a la clase proletaria.
En el terreno educativo, la continuidad neoliberal se expresa en la intención de destruir la organización sindical y despojar a los trabajadores de todos sus conquistas y derechos laborales. En esta intención, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), encabezado por el servil Senador Alfonso Cepeda Salas, sigue jugando el papel de esquirol, avalando las políticas educativas del gobierno en turno, dejando delado la defensa de los derechos laborales de los trabajadores y conteniendo a toda costa la lucha del magisterio nacional.
En este escenario y retomando el Principio de: Movilización – Negociación–Movilización, la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) volvió a cubrir de protestas las calles y plazas de la Ciudad de México, extendiendo la lucha en más de 20 entidades del país. Durante 24 días la huelga nacional desnudó el carácter neoliberal del régimen de la autodenominada Cuarta Transformación (4T), evidenció el maridaje con los charros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y, sobre todo, dejó claro que ambos no defienden los derechos e intereses del pueblo y los trabajadores, sino que están al servicio de los banqueros, la oligarquía y la burguesía en general.
Con acciones políticas contundentes, la CNTE logró el establecimiento de mesas de diálogo con la Secretaria de Gobernación, Secretaría de Educación Pública, Secretaría de Hacienda y la representación del ISSSTE, sin embargo, ninguna respuesta resuelve de fondo las demandas planteadas. Aun así, la presidenta de la República anunció con algarabía un incremento salarial del 9% retroactivo al primero de enero y 1% adicional en septiembre, incremento salarial miserable si se compara con la inflación o con el presupuesto que se asigna para la Guardia Nacional. Por cierto, hasta el 15 de julio, dicho incremento y retroactivo no se ha pagado, aun cuando se anunció que se vería reflejado a partir del 1º de julio. Frente a la posición autoritaria de Claudia Sheinbaum de no dialogar con la CNTE y las cínicas respuestas para no cumplir el ofrecimiento que hiciera en campaña respecto a la abrogación de la Ley del ISSSTE de 2007, el sábado 7 de junio la CNTE anunció el receso a la huelga nacional y el inicio de un período de reorganización y construcción de una segunda oleada de lucha. Durante el receso, las tareas son muy concretas: acumulación de fuerzas con la integración de más secciones sindicales del magisterio y sindicatos que cotizan al ISSSTE; fortalecimiento de la unidad interna desde las bases hasta las instancias de dirección nacional de la CNTE; consolidación del Frente Único con otros sectores de trabajadores a partir de una plataforma común de demandas y un plan unitario; combate frontal a las posiciones entreguistas y oportunistas que pretenden socavar la lucha; desarrollo de una amplia campaña de información a los Padres de Familia y agitación para ganarse el apoyo del pueblo golpeado por la crisis económica y las consecuencias de la política neoliberal pro imperialista.
Hasta hoy, nada está resuelto. Por el contrario, los marrulleros y triunfalistas anuncios desde la “Mañanera del pueblo” respecto al miserable incremento salarial y el parche que significa el Fondo de Pensiones para el Bienestar solo aumentan el descontento, pues se mantienen intactos los negocios y las exorbitantes ganancias de los oligarcas que controlan las Administradoras del Fondo para el Retiro (Afore), mismos que se engordan con los ahorros de los trabajadores que ingresaron al servicio de 2007 a la fecha.
Desde hoy, la Huelga Nacional Magisterial y Popular se vislumbra más contundente, fuerte y unitaria. La disyuntiva para la autodenominada Cuarta Transformación es clara: ¿¡o están con el pueblo y los trabajadores o con los banqueros y sus Afores!?