La estrategia inicial del PRI, para elegir a su candidato presidencial fue aparentar que éste era ajeno a la podredumbre del PRI. De hecho se postuló diciendo que era sólo simpatizante pero no miembro del PRI, quien en el pasado fuera Secretario de Desarrollo social y de Energía en el gobierno de Felipe Calderón, hoy aparecía como un “digno representante” de las aspiraciones priistas. De cualquier forma, se repitieron los viejos rituales priistas, la cargada con la CTM, CNOP, CROC, CNC; los pronunciamientos a favor de la mayoría de la burocracia partidaria y los medios de comunicación de la burguesía de manera incondicional lo alabaron como un político de carrera decente.
Meade, es hijo de un connotado pianista conservador, sus relaciones políticas se remontan a su época se estudiante del ITAM con gente como Videgaray y panistas como Ernesto Cordero, Javier Lozano y Margarita Zavala, entre otros. No se despega ni un milímetro de la política del mal gobierno. Sin recato ya ha defendido la aprobación de la ley de seguridad interior, sin considerar que pueda ser anticonstitucional. Meade, no ha dejado de describir al PRI como la mejor opción de gobierno a pesar de que sigan haciéndose públicos los escándalos de corrupción como la triangulación de recursos entre la Secretaría de Hacienda y la campaña electoral priista en Chihuahua.
¿Hasta dónde Meade podrá seguir pretendiendo ser un candidato ciudadano? ¿Será posible que los electores se olviden de todo la corrupción e impunidad que generado el PRI? Esperemos que no.
Anaya no es una mejor opción, otro conservador que ha demostrado hacer cualquier cosa para ser candidato presidencial. Fuertemente criticado por usar su condición de presidente de PAN, para desbaratar a los opositores internos de su partido. Tampoco AMLO con sus declaraciones temerarias y sus alianzas erráticas.
La mejor opción del pueblo, es luchar por sus demandas conformadas en un programa único de todos los trabajadores y los sectores populares que sea antepuesto a la verborrea electorera, que avancemos en más y mejores formas de organización que eviten las imposiciones de fraudes, de leyes arbitrarias y reformas estructurales.
Tomado del VP No. 519 del 1 al 15 de enero de 2018