Recreando la definición clásica de Jorge Dimitrov, el fascismo es la dictadura terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, más chovinistas y más imperialistas del capital financiero. En un contexto nacional, donde el descontento por las políticas neoliberales y la implementación de las reformas estructurales se muestra de manera aún dispersa y no sistemática, pero de manera latente, expresa que se puede centralizar y generalizar este inminente levantamiento proletario-popular. Para que las reformas estructurales se puedan desarrollar y profundizar en interés de la oligarquía financiera requieren un régimen reaccionario-fascista.
Dimitrov señala que “La subida del fascismo al poder no es un simple cambio de un gobierno burgués por otro, sino la sustitución de una forma estatal de la dominación de clase de la burguesía -la democracia burguesa- por otra, por la dictadura terrorista abierta.” (J. Dimitrov. Informe ante el VII Congreso de la Internacional Comunista).
En estos momentos se están abriendo dos caminos en la lucha de clases actual, en medio del proceso electoral de este año. El camino fascista encabezada por Meade-Anaya, los únicos con capacidad de remontar la ofensiva reaccionario-fascista de éstos y el fraude electoral, es el pueblo organizado en lucha, en las calles, con un plan de acción centralizado, nacional, proletario-popular.
Morena y A. Manuel López (AMLO) lo más que pueden hacer es canalizar el descontento impulsando en esencia la misma política burguesa, ocultan lo que está en el centro, y no llaman a luchar contra estas medidas, por el contrario, quieren amortiguar, para que la burguesía vea en ellos una opción ante el descontento popular.
Por lo tanto, lo que está en juego este año, no es el simple cambio de gobierno, lo que está en juego de la lucha de clases actual es si se implementa un régimen reaccionario, fascista terrorista, con máscara democrática, pero en la vía de los hechos un régimen reaccionario militar que profundice la explotación y las reformas estructurales; o bien, el camino de acumulación revolucionaria de fuerzas, del fortalecimiento del Frente Único, rumbo a la revolución proletaria.
Este artículo es parte del Vanguardia proletaria No. 520 del 15 al 30 de enero de 2018.