De Marx, Engels y Lenin, Stalin fue un consecuente y claro discípulo. Además de militar con Lenin en el mismo Partido y forjarlo junto a más bolcheviques, de depurarlo del menchevismo, expresión oportunistas en sus filas, de imprimirle el temple bolchevique, de dirigir la revolución socialista victoriosa, aportó al desarrollo del Partido en la etapa de la construcción del socialismo -en un solo país- en la ex Unión Soviética, demostrando que el en socialismo no se padeció las crisis económicas, desempleo, parasitismo, vagabundaje, etc., que el capitalismo siempre tiene. Así también Stalin, al frente del primer Estado proletario contribuyó a la defensa el socialismo en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y a la derrota del fascismo en el mundo, en la Segunda Guerra Mundial.

Después del fallecimiento de Lenin, a Stalin le correspondió la enorme responsabilidad de seguir la obra de este, de construcción y fortalecimiento del Partido revolucionario del proletariado, el Partido Comunista Bolchevique de la URSS, eso lo podemos corroborar en las obras teóricas y legados que como dirigente dejó, combatiendo y depurando al Partido de los elementos oportunistas, liquidadores, burocráticos, revisionistas y pequeño burgueses, expresado en los trotskistas y otros, que lo acecharon, logrando que el partido no degenerará. Tarea nada sencilla que realizó consecuentemente y que le ha inmerecido los ataques más rabiosos, falsos e injustos sobre su obra y personalidad.

Su papel como leninista y en la forja del Partido, la encontramos en sus obras teóricas como “La clase de los proletarios y el Partido de los proletarios”, en los “Fundamentos del leninismo”, etc., que quien se digne de ser honesto, habrá de encontrar todo lo contrario de lo que se ha difamado de él.

En la primera obra, arriba citada de J. Stalin, hecha en 1905 –en tiempos de la revolución burguesa rusa-, escribe en coincidencia con Lenin las características que el Partido debe tener “… el Partido de los proletarios, como grupo combativo de dirigentes, tiene que ser, en primer lugar, mucho menos numeroso que la clase proletaria; en segundo lugar, su conciencia y su experiencia tienen que ser muy superiores a las de la clase proletaria, y en tercer lugar, debe ser una organización estrechamente unida”.  (La clase de los proletarios y el Partido de los proletarios. Edición virtual del PC de M (m-l)).

 

Tomado del Vanguardia Proletaria  No. 526 del 15 al 30 de abril de 2018

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Por PCMML

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