Las organizaciones y partidos marxistas-leninistas de Europa nos hemos reunido en España, en un encuentro organizado por el partido hermano, el PCE (m-l). Hemos discutido ampliamente sobre la situación actual de Europa, así como sobre nuestras tareas.

El proceso de construcción europea tiene lugar en el contexto general de la crisis del sistema capitalista- imperialista: la Unión Europea (UE)E está totalmente integrada en este sistema y es parte de ella.

La crisis de la construcción europea es una manifestación de las contradicciones inherentes al sistema capitalista- imperialista:

  • La contradicción capital-trabajo.
  • La contradicción entre monopolios y potencias imperialistas.
  • Las contradicciones entre potencias imperialistas, por una parte, y los pueblos de las naciones oprimidas por otra.

La construcción europea es un campo de batalla entre las principales potencias imperialistas, EEUU, China y Rusia, que compiten y luchan entre sí, e interfieren también en la UE con el propósito de impedir su desarrollo como competidor imperialista.

Actualmente, la política nacionalista y proteccionista adoptada por el imperialismo EEUU, que es aún el poder imperialista más poderoso y agresivo, está desestabilizando profundamente el mundo y profundizando las contradicciones entre las potencias imperialistas. Continúa aumentando la tensión entre sus aliados europeos, miembros de la OTAN, y Rusia, mediante el refuerzo del cerco militar, el despliegue de misiles, más tropas, grandes maniobras en los países del norte …

 

El conflicto económico y político con China, afecta grandemente a los EE.UU.

China está desarrollando una política económica activa con ambiciones políticas y geoestratégicas a fin de expandir su influencia en Europa, con vistas a abrir nuevos mercados para sus monopolios. La llamada «nueva ruta de la seda» sintetiza estos objetivos. Aprovechando las contradicciones internas de EU, China está proponiendo tratos a distintos gobiernos (Grecia, Italia, Hungría, también a Francia, Holanda, etc.) de inversiones, pero también promesas de posibilidad de exportaciones a su propio mercado. Esta política está creando divisiones y tensiones políticas y económicas entre los diferentes estados de la UE, y también con el imperialismo estadounidense.

China extiende su influencia en África, pretendiendo hacerlo de «manera justa» para el desarrollo económico de sus países, especialmente en la infraestructura (carreteras, ferrocarriles, puentes, etc.). China se hace con el control de los minerales, el petróleo, la tierra … a costa de los campesinos y las comunidades rurales. Las llamadas «relaciones iguales» no son en absoluto iguales y, de hecho, son una cobertura para su política de saqueo y para llevar al mercado para sus productos. Bajo la cubierta de «no injerencia en los asuntos internos», respalda regímenes reaccionarios que oprimen a sus pueblos.

Rusia es también muy activa en el uso de las contradicciones entre el imperialismo europeo y los países capitalistas, especialmente en torno a la cuestión de la exportación de gas.

Debido a las características y composición de diversos estados capitalistas e imperialistas, la UE también ha cedido a la Ley de desarrollo desigual, propia del sistema capitalista imperialista. Todas estas contradicciones se desarrollan e interactúan entre sí. Por ejemplo, han sido puestas en evidencia con el proceso del Brexit, que aún no ha sido solucionando. De todas formas, el Brexit, llevado a cabo o no, debilita objetivamente la construcción europea.

Sin embargo, la crisis que afecta a la construcción europea no frena la aplicación de mecanismos supranacionales, ya que las agencias europeas (energía, transportes, servicios, etc.), directivas, decretos y leyes aprobadas por la Comisión Europea y el Consejo Europeo (compuesto por gobiernos de los estados miembros) continúan promoviendo políticas neoliberales a favor de los grandes monopolios.

Estos mecanismos limitan e incluso suprimen el control nacional y la capacidad de regulación de los Estados en sectores importantes, como la energía, el transporte, etc.

Se continúan aplicando medidas antiobreras y antipopulares, lo que aumenta el empeoramiento de las condiciones laborales buscando mano de obra más barata, la competición de «todos contra todos», la competencia entre obreros.

Los imperialismos alemán y francés pretenden liderar este proceso de construcción europea según los intereses de sus propios monopolios, pero también compiten entre sí. En la situación actual, proponen, para superar su crisis, desarrollar una base industrial militar (aeronaves, tanques, drones, misiles, etc.) con el objetivo de desarrollar una «política de defensa» europea. Esta política sigue la línea de la OTAN, especialmente con la orden de destinar un 2 % del PIB al gasto militar, a costa sobre todo de los fondos públicos. Igualmente, tiene como resultado involucrar a «estados neutrales» en la militarización a través de su participación en el PESCO.

Esta tendencia de militarización se está desarrollando en todo el mundo y la UE está participando en ella; no es un acto por la paz, sino un acto de guerra.

Para imponer estos ataques reaccionarios contra los trabajadores y los pueblos, las burguesías de los Estados europeos están desarrollando una política de represión contra las protestas sociales. Un Estado policial, más y más leyes represivas, menos derechos políticos y sociales, más y más detenciones de trabajadores combativos… Al mismo tiempo, promueven partidos y movimientos fascistas y reaccionarios, que compiten a nivel electoral. Aprovechan la crisis de los partidos tradicionales de corte social y de derechas, que apoyan sin fisuras a la UE y sus políticas neoliberales. El objetivo de estos partidos de extrema derecha e incluso fascistas, es dividir, promover el racismo y la xenofobia y extender el nacionalismo reaccionario y chovinista

«África es nuestro futuro», proclaman varios líderes de gobiernos de la UE. Se refieren a que África es el mercado exclusivo para sus productos, que los minerales, el agua, la comida, la tierra, los recursos energéticos de los países africanos son para sus monopolios. Incluso consideran que tienen el derecho a exportar a ese continente todo tipo de residuos (industriales, químicos, nucleares). Básicamente, consideran África su propiedad y la defienden de la voracidad de otros poderes imperialistas.

La presencia militar de varios Estados europeos en África, está aumentando. Francia es el principal imperialismo. Es una de las principales fuerzas militares presentes en la región del Sahel y en el Sahara, con miles de soldados, bases, etc. Está presionando a la UE y sus Estados miembros para que envíen tropas, apoyo logístico, más y más dinero, so pretexto de la llamada «guerra contra el terrorismo».

Esta política es la causa fundamental de la expansión de la miseria, de la crisis económica que afecta a todos los países de África, con consecuencias que son desastrosas para los trabajadores, campesinos y pueblos.

Esta política es también la causa fundamental de los grandes flujos de migración, que afectan a millones de personas, primero en la propia África, y a una minoría que intenta cruzar el Mediterráneo con el objetivo de acceder a Europa.

La UE está llevando a cabo una política agresiva contra estos inmigrantes, transformándose ella misma en una «fortaleza», organizando controles militares en el mar, provocando miles de muertos. Ello también incrementa el hostigamiento contra los inmigrantes en Europa. Esta es la «política europea de la solidaridad».

La resistencia crece en toda Europa.

Podemos observar el desarrollo de la resistencia de los trabajadores y los pueblos, la resistencia de las mujeres, la juventud, a las políticas de austeridad llevadas a cabo tanto por cada burguesía nacional, como por la UE en su conjunto. Las luchas por la subida de los salarios y las pensiones, severamente reducidos por las políticas neoliberales, por defender los servicios públicos (sanidad, educación, transporte público, seguridad social…), atacados por las políticas de privatización, la disminución de los presupuestos sociales. También existen las luchas en contra de los despidos y el desarrollo del trabajo precario (Uberización). Las luchas se están desarrollando igualmente contra las políticas que buscan reducir los derechos de los trabajadores (negociación colectiva…), el derecho a la huelga, de manifestación, etc.

Nuevos sectores populares están involucrados en la lucha contra las consecuencias derivadas de las políticas de austeridad, las subidas de impuestos que acaban pagando principalmente los trabajadores y los sectores populares, como podemos ver en Francia con los «chalecos amarillos». El movimiento de trabajadores organizados está interesado en ocuparse de las demandas sociales de este tipo de movimientos, con el propósito de reforzar el movimiento general contra el Capital y el gobierno al servicio de los grandes monopolios.

Estas luchas son confrontadas con una política agresiva y represión judicial: la naturaleza del Estado y el carácter de clase de la violencia que ejerce contra los trabajadores y el movimiento popular, son cada vez más evidentes. Al mismo tiempo, la legitimidad de la resistencia, en todas sus formas, de los trabajadores, la juventud y los pueblos se está imponiendo por su propio peso.

La movilización de las mujeres por mejores y equitativos salarios, los mismos derechos, contra las agresiones sexuales, se está desarrollando, como demuestra la cada vez mayor participación de trabajadores, mujeres y hombres, en las masivas movilizaciones del 8 de marzo.

La juventud, especialmente, en Europa, ha tomado en sus manos la cuestión de la responsabilidad de los gobiernos y sus políticas, incluso de la responsabilidad de los grandes monopolios respecto al cambio climático y sus consecuencias catastróficas especialmente para los pueblos de los países pobres. Algunos sectores de la juventud manifiestan: «no hay que cambiar el cambio climático, sino el sistema». Naturalmente, este es un primer paso en la concienciación de que el responsable del desastre medioambiental es el sistema capitalista- imperialista.

Existe también una creciente resistencia contra el desarrollo de las fuerzas racistas y fascistas en muchos países europeos. Esta resistencia se manifiesta en diversas formas, y adquiere especial fuerza en sectores de la juventud.

El peligro de la guerra imperialista está generando igualmente una mayor movilización popular. El movimiento contra la OTAN, el movimiento contra las bases de EEUU, contra las bombas nucleares en Europa… están ganando fuerza. Se antoja importante desarrollar también la oposición a cualquier tipo de «política de defensa» europea, que sólo defiende los intereses de los monopolios, especialmente los del complejo industrial militar contra los pueblos. Al mismo tiempo, debemos aclarar la naturaleza de las políticas de otras potencias imperialistas (como Rusia y China), que forman parte de la lucha dentro del imperialismo. No son «pacíficos» o «posibles aliados» contra la guerra y el movimiento antiimperialista.

En este contexto general, de perfilación de la lucha de clases y profundización de las principales contradicciones en esta época, nosotros, como partidos y organizaciones marxistas-leninistas en Europa, destacamos las siguientes tareas urgentes:

*Desarrollar una política activa por la unidad de los trabajadores sobre la base de sus intereses de clase, y por la unidad y la lucha de los trabajadores y los sectores populares en contra de los monopolios y la ofensiva capitalista, la reacción y la política de guerra del imperialismo.

* Desarrollar la. solidaridad activa con los trabajadores y los pueblos del mundo, especialmente con los pueblos que sufren, y combatir la opresión, la agresividad y el saqueo imperialista.

*Reforzamos nuestro apoyo a Palestina y sus organizaciones, en la lucha por sus derechos nacionales contra el sionismo y el imperialismo.

*Continuar y reforzar . nuestra solidaridad con los trabajadores y los pueblos de Turquía, con los demócratas, revolucionarios y fuerzas comunistas que luchan contra el reaccionario régimen de Erdogan. Denunciamos los intentos del régimen de Erdogan para silenciar a los líderes de EMEP mediante sanciones penales y financieras.

*  Ccombatir el muro de silencio en torno a la lucha legítima del pueblo saharaui por su autodeterminación.

Prestamos especial atención y apoyo a los pueblos y sus organizaciones revolucionarias que luchan por desembarazarse de regímenes reaccionarios, por el pan, la libertad y la soberanía popular, como es el caso actualmente en Argelia y Sudán. Denunciamos todo tipo de intentos e interferencias de las potencias imperialistas, regímenes y fuerzas reaccionarios que quieren reprimir los movimientos populares.

. Apoyamos a nuestros partidos hermanos en África (especialmente en Túnez, Marruecos, Burkina Faso, Costa de Marfil, Benín) que luchan por dar un carácter revolucionario a las luchas de sus pueblos, y dirigirlos hacia la liberación y el cambio nacional y social.

Una de nuestras tareas específicas es desarrollar nuestras organizaciones, construir partidos de vanguardia de la clase trabajadora y ayudar a la creación de partidos y organizaciones m-l en Europa y reforzar la solidaridad internacional

Reafirmamos nuestro compromiso con la lucha revolucionaria, por una ruptura revolucionaria con el sistema capitalista- imperialista, por el socialismo.

Madrid, mayo de 2019 

Conferencia Regional de los partidos y organizaciones marxista-leninistas, miembros de la CIPOML

*Organización por la construcción del P.C.de los Trabajadores en ALEMANIA (Arbeit Zukunft)

*P.C. de los trabajadores de DINAMARCA (APK)

*Partido Comunista de ESPAÑA (Marxista-leninista)

*Partido Comunista de los Obreros de FRANCIA (PCOF

*Plataforma Comunista por el P.C. del proletariado de ITALIA.

*Organización marxista-leninista, Revolución. NORUEGA

*Partido del Trabajo de TURQUÍA- EMEP.

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Por PCMML

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