Uno de los atributos esenciales de la soberanía de un país es el control y el dominio de su moneda. En el contexto de la lucha por la emancipación total de los pueblos africanos, la cuestión de la independencia monetaria se ha convertido, hace algún tiempo, en uno de los requisitos esenciales de los pueblos de África y especialmente de su juventud.

De hecho, bajo el impulso incontenible de la voluntad de los pueblos de recuperar su independencia, la Francia colonial, golpeada en Indochina en 1954, sumergida por la guerra de Argelia y humillada por el histórico “NO” del pueblo de Guinea en 1958 comprendió rápidamente que no podría hacer frente a la situación si los países de África Negra se involucraran en un proceso de lucha armada como en Camerún. Por lo tanto, se apresuró en otorgarles su independencia, tratando de mantener su control sobre los atributos esenciales de esta soberanía. Para eso, colocó a sus fieles agentes a la cabeza de la mayoría de los nuevos estados, mantuvo sus bases militares, impulsó el mantenimiento de su idioma como medio de instrucción y comunicación y, sobre todo, promovió el CFA (franco de las colonias francesas de África), creado en 1945, como moneda de estos países, obligándolos a depositar más del 50% de sus reservas de divisas en el tesoro francés.

Hay que recordar que este franco CFA, creado bajo la colonización, fue la moneda común de todas las colonias africanas, incluyendo Marruecos, Argelia y Túnez. En 1958, la Francia colonial del general de Gaulle transformó el franco CFA en el “franco de la Comunidad Financiera Africana”; este fue la señal anunciadora de una independencia truncada. Francia, ante la intensificación de las luchas de liberación nacional en el mundo, mientras se apresuraba a otorgar independencias nominales en 1960, impuso su moneda colonial a los 14 países al sur del Sahara y las Comoras. Túnez, Marruecos y Argelia, después de obtener su independencia, crearon su propia moneda.

El franco CFA se ha convertido en “franco de la Comunidad Financiera Africana” en África occidental, y en “franco de la Cooperación Financiera Africana” en África Central. En realidad, solo el nombre había cambiado y nada más se había modificado. No solo todos los países de la zona del franco tienen la obligación de pagar el 50% de su reserva al tesoro francés, que supuestamente garantiza la moneda, sino que los representantes franceses continúan sentados en las administraciones, donde las decisiones se toman por unanimidad. Esto significa concretamente que en estos altos niveles de decisión monetaria, muy importantes para la situación de nuestros países, Francia no solo está presente, sino que también puede oponerse a una decisión que considere contraria a sus intereses. Pero Francia y África no tienen los mismos intereses. Por lo tanto, la zona del franco está completamente orientada hacia la satisfacción de los intereses de los principales grupos financieros e industriales franceses, que pueden repatriar fácilmente sus ganancias gracias al sistema de cambio fijo, que facilita el saqueo.

La situación es tal que el ex presidente francés Jacques Chirac llegó a declarar, en 2008, en una entrevista en la cadena de televisión TV5: “Olvidamos una cosa: una gran parte del dinero que tenemos en nuestra billetera proviene precisamente de la explotación de África durante siglos. ¡No solo eso, sino que una gran parte proviene de la explotación de África! Entonces demos tener un poco de sentido común. No digo generosidad, sino sentido común, justicia para devolver a los africanos, lo que les quitamos. Especialmente porque eso es necesario si queremos evitar peores convulsiones o dificultades con consecuencias políticas a que la situación conlleva en un futuro cercano.”

Esta situación no podía continuar. Es inaceptablemente humillante que un país trate a otros países como niños, los obligue a colocar parte de sus reservas de divisas en el país, y controle ese dinero. Es por esta razón que, desde entonces, una lucha implacable de los pueblos africanos ha existido contra el franco de las colonias francesas de África (CFA).

Más allá de esta lucha, los pueblos de África se han dado cuenta que si se mantienen divididos y débiles, nunca podrán oponerse a las grandes potencias. Los responsables políticos panafricanos ya habían presentido quienes habían luchado siempre por la realización de la unidad africana. Así es que, a partir de la obtención de las independencias, agrupaciones regionales se están creando, como preludio de la unidad de África. Estos cuadros deberían promover la integración regional, y es así que fue creada la Comunidad Económica de los Estados de África del Oeste (CEDEAO). Una de las palancas de esta integración es la moneda única. Entonces, durante cerca de veinte años, la Comunidad ha venido preparando la creación de una moneda única para toda la región de África Occidental. El problema es que una moneda única de la CEDEAO significaría la desaparición del franco CFA, y Francia y sus agentes en África occidental se oponen a eso. Es por eso que, desde entonces, han utilizado todas las maniobras y obstrucciones posibles para impedir la integración monetaria en África Occidental.

Hoy, como durante las luchas por las independencias, esta posición de Francia y sus agentes es cada vez más insostenible, mientras aumentan las protestas contra esta moneda colonial. Es por eso que Francia y sus agentes sacaron, como magos, de su sombrero, el ECO (moneda única) para intentar calmar la ira popular africana.

El 17 y 18 de junio de 2019, la comisión monetaria de la CEDEAO se reunió en Abidjan, en la casa de Allassane OUATTARA, presidente de la República de Costa de Marfil, enemigo jurado de la moneda única, para declarar que había llegado el momento de adoptar una moneda única. Este evento mostró claramente que se trataba de una trampa, y todo se tornó más claro el 29 de junio de 2019, cuando en Abuja (Nigeria), los jefes de estado y de gobierno de los países de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) dieron el nombre de “ECO” a la moneda única para lanzar su proyecto y fijaron su implementación para el año 2020.

El 12 de julio de 2019, inmediatamente después de esta decisión, la Agencia de Prensa de Senegal (APS), la agencia oficial de un país cuyo presidente de la República se opone abiertamente a la moneda común, informó que Alassane OUATARA había convocado en Abidjan, la 21ª sesión de la conferencia de los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA). Ahora todo estaba claro. De hecho, el Presidente de la Comisión de la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMAO), que reúne a los países de África Occidental que tienen en común el franco CFA, el Sr. Abdallah Boureima, declaró lo siguiente en esa ocasión: “La conferencia reafirma la necesidad de adoptar un modo gradual para establecer la moneda única de la CEDEAO, y de fijar su introducción para el año 2020 con países que cumplan los criterios de convergencia de la CEDEAO, mientras que los demás podrán unirse más tarde.”

En cuanto a Alassane Ouattara, él declaró: “Hoy, la tasa de cambio del euro frente al franco CFA es de 655,9. Y, por supuesto, si los jefes de estado decidieran el próximo año cambiar el franco CFA por el ECO porque cumplimos con todos los criterios de convergencia, esta tasa no cambiaría de inmediato.”

Todo esto significa claramente que la adopción del ECO, que Allassane OUATARA y Francia nos están preparando, visa solamente a cambiar el nombre de la moneda actual para tratar de calmar la ira de los pueblos africanos.

Todo cambiará en apariencia, para que nada cambie: continuaran la paridad con el euro, la captura de nuestras monedas por parte del tesoro francés, la fabricación de billetes en Francia, etc. Y el BCEAO (Banco Central de los Estados de África Occidental) y el BCEAC (Banco Central de los Estados de África Central) continuarán impulsando a nuestros países hacia el subdesarrollo, con una relación entre el PIB y el crédito de 23%, mientras que el PIB/crédito, según las cifras de APS, es del 101% en Francia, es del 155% en China y del 157% en los Estados Unidos. No es sin razón que, al final de la reunión de Abuja, el presidente de Costa de Marfil, Allassane OUATARA, corrió a París para transmitir las informaciones a Emmanuel Macron.

Como vemos, la decisión de crear el ECO, liderado por Macron y OUATARA, constituye una verdadera medida de sabotaje contra la integración africana y de lucha contra la marcha de la CEDEAO hacia la moneda única. No es por nada que Romuald WADAGNI, Ministro de Finanzas de Patrice TALON, actual presidente de Benín, canta la misma canción que ellos.

Los pueblos africanos y, en particular, los de la CEDEAO no aceptarán durante mucho tiempo estas acciones de Francia y de sus agentes contra sus intereses. Por eso dicen: “Imperialismo francés, fuera de África!”.

 

Septiembre de 2019

 

Notas:

 

  • La CEDEAO es la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental. Ella reúne a todos los países de África occidental, excepto Mauritania, que se fue. Desde hace algún tiempo, Marruecos ha pedido unirse.
  • La UMOA es la Unión Monetaria de África Occidental. Ella agrupa a 8 países de África Occidental que comparten el uso del Franco CFA. (Benín, Burkina Faso, Costa de Marfil, Guinea-Bissau, Malí, Níger, Senegal y Togo)
  • BCEAO: Banco Central de los Estados de África Occidental. Él administra el franco CFA en África occidental.
  • CEMAC: Consejo Económico y Monetario de África Central. Él agrupa a los países de África Central que utilizan en común el Franco CFA. (Camerún, República Centroafricana, República del Congo, Gabón, Guinea Ecuatorial y Chad).
  • BCEAC: Banco Central de los Estados del África Central. Él maneja el franco CFA en África Central.

 

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Por PCMML

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