“10°. Educación pública y gratuita de todos los niños, abolición del trabajo de éstos en las fábricas tal como se practica hoy; combinación de la educación con la producción material, etcétera.”

Manifiesto Comunista, Carlos Marx.

La penetración del capitalismo en el campo mexicano ha provocado la proletarización o semiproletarización de muchos sectores campesinos, a causa del despojo de tierras, falta de tecnología, condiciones desfavorables del clima y en general la incapacidad de competir contra las grandes explotaciones agrícolas capitalistas; ahora solo cuentan con su fuerza de trabajo dependen de un trabajo asalariado. El propio surgimiento de estas grandes explotaciones agrícolas demanda de la mano de obra de esos nuevos proletarios, jornaleros agrícolas; la burguesía en su afán de incrementar la extracción de plusvalía, sus ganancias, incrementa la jornada laboral y pauperiza las condiciones de trabajo a condiciones inhumanas.

La situación de los jornaleros agrícolas en México es similar a las condiciones en las que vivían los peones de las haciendas del siglo XIX y XX. Es más que frecuente la contratación de jornaleros con engaños, prometiéndoles buenos pagos, el hacinamiento en campamentos con mínimas condiciones de vida, amenazas por abandonar la finca, abusos sexuales por parte de los patrones, entre otras muchas condiciones que nos permite afirmar que se trata de esclavitud moderna.

La situación para los niños y jóvenes es aún peor, pues su propia condición física limita su resistencia a las malas condiciones de trabajo, pero son obligados por la necesidad, pues el pago que reciben sus padres es insuficiente para vivir y son familias enteras las que tienen que trabajar, muchas migran de un lugar a otro según las labores agrícolas lo demanden. En México, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 3.2 millones de niños entre 5 y 17 años trabaja, de los cuales cerca de 352,000 trabajan en alguna actividad del sector agropecuario. De acuerdo con la Ley Federal del Trabajo en su Artículo 22, establece la prohibición del trabajo de los menores de 16 años que no hayan terminado su educación obligatoria, al menos que una autoridad autorice la compatibilidad del estudio y trabajo, esta ley es completamente violada en miles de casos.

Para erradicar el trabajo infantil en las condiciones deplorables actuales, no solo se necesita del respeto a la ley y una legislación más severa, lo que se necesita es garantizar buenas condiciones de vida para la población y no se vea en la necesidad de poner a trabajar a sus niños para sobrevivir, las que se van a conquistar si se organizan y luchan los jornaleros por arrancarlas a la patronal.

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Por PCMML

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