En 40 años de lucha, la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE), ha acumulado una vasta experiencia en la movilización y la negociación de sus demandas; ha alcanzado logros muy importantes, experimentando avances y retrocesos en la defensa de la educación pública, en la democratización del sindicato y de la vida nacional ante la ofensiva del neoliberalismo.

Las limitaciones políticas e ideológicas y la falta de formación de cuadros han dado lugar a la traición a los Principios del movimiento y a la desviación de los representantes respecto a su responsabilidad de defender los intereses de las bases, frente a la política neoliberal del Estado mexicano.

Los hechos suscitados a mediados del mes de enero del 2020 en la sección XVIII del SNTE-CNTE de Michoacán, son una expresión de la confrontación política e ideológica interna que, al igual que antaño, culminó en la depuración del movimiento, en la expulsión de dirigentes que de manera abierta o embozada se pasaron al lado de los enemigos de clase del movimiento.

Es claro que la Sección XVIII, como parte de la CNTE y el SNTE, es un gremio en el que actúan corrientes políticas con distintas raíces ideológicas. Por su carácter de movimiento de masas, no ha sido ajeno a la lucha y la confrontación entre grupos que abiertamente han utilizado a las bases de manera oportunista para favorecer sus intereses particulares y colocar al movimiento a la cola del Partido de la Revolución Democrática y Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).

Frente a estos hechos, el Frente Popular Revolucionario (FPR) y la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), como parte de las luchas del combativo magisterio michoacano, como organizaciones que hemos acompañado y sido parte de los procesos unitarios que han impulsado, nos vemos en la necesidad de fijar una posición política, para que las bases magisteriales tomen en consideración al momento de la toma de decisiones.

1.- El movimiento magisterial debe reivindicar y defender el principio de la CNTE relativo a la independencia política, ideológica y económica respecto a los partidos políticos de la burguesía.

2.- Las bases deben reivindicar en todo momento su papel en la definición del rumbo del movimiento a través de sus estructuras delegacionales, regionales y estatales.

3.- Las bases deben ser vigilantes en todo momento del proceso organizativo orientado a elegir a sus representantes, la táctica de movilización-negociación-movilización, así como la consulta de base, principios que deben ser respetados por quienes formen parte del Comité Seccional.

4.- Como principio básico de todo movimiento democrático, las bases tienen el derecho legítimo de revocar los cargos de los dirigentes sindicales cuando éstos traicionen sus intereses y/o dejen de ser consecuentes con las exigencias de la lucha de la clase trabajadora y los pueblos oprimidos.

5 .- Es necesario que las bases fijen una clara posición ante los vaivenes de la lucha interna y externa, evitando en todo momento que el gobierno, los charros del SNTE y los partidos políticos utilicen a la sección como botín político rumbo a las elecciones estatales y federales de 2021.

6.- Con la fuerza de las bases movilizadas, exigir que el Estado y sus instituciones saquen las manos del proceso de relevo seccional.

7.- La lucha de las bases por hacer llegar a una dirección seccional comprometida con sus intereses forma parte de la lucha de la CNTE por la democratización del sindicato, de la educación y del país.

8.- En todo momento los activistas democráticos y revolucionarios deben anteponer la necesidad de la unidad interna y la vinculación de la lucha del magisterio con el amplio movimiento social y popular por los objetivos históricos de clase trabajadora y los pueblos de México.

9.- Hoy más que nunca se hace necesario fortalecer a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación ante los intentos del régimen de la “4ª Transformación” de corporativizarla mediante la cooptación de los dirigentes claudicantes y entreguistas.

10.- Pugnar, en todo momento, por un sindicalismo democrático, asambleísta, revolucionario e independiente del charrismo sindical, la burguesía, su Estado y sus partidos electorales.

FRATERNALMENTE

¡POR UN SINDICALISMO DE CLASE Y UNA EDUCACIÓN COMPROMETIDA CON LOS INTERESES DE LOS EXPLOTADOS!

UNIÓN DE TRABAJADORES DE LA EDUCACIÓN-FRENTE POPULAR REVOLUCIONARIO

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Por PCMML

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