Como pocas veces en sus 40 años, hoy la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) enfrenta una brutal embestida política, jurídica, laboral y administrativa. Para la burguesía y su Estado, la Coordinadora es un peligro al que hay que eliminar o, por lo menos, controlar al costo que sea.
Y es que, aparte de luchar permanente por mejorar las condiciones de vida y de trabajo de sus agremiados, por la democratización del sindicato, la educación y el país, la CNTE se ha constituido en un referente capaz de aglutinar las luchas aisladas de la clase trabajadora y de los pueblos en resistencia contra los proyectos de muerte de la oligarquía y el imperialismo.
La defensa y el fortalecimiento de la CNTE ha sido una tarea preñada de represión masiva y selectiva, de persecución y encarcelamiento de sus dirigentes, de asesinato y desaparición de sus militantes más comprometidos con el sindicalismo de clase, de lucha política e ideológica contra el charrismo sindical y las tendencias oportunistas tanto de izquierda como de derecha.
Los charros y oportunistas de derecha utilizan la fuerza del sindicato para negociar canonjías económicas o espacios políticos dentro de la estructura sindical o del aparato de gobierno o del Estado, juegan el sucio papel de esquiroles y mercenarios para evitar a toda costa la unidad, organización y lucha de la base trabajadora por sus intereses y aspiraciones. Los izquierdistas, por su parte, con un discurso ultra radical, sustituyen el análisis, el debate, la crítica y la autocrítica, y mediante acciones espectaculares o provocadoras conducen a la división de la base trabajadora y a apartarla del conjunto de la lucha de los trabajadores.
La situación que actualmente enfrenta el movimiento magisterial de la sección XVIII de Michoacán evidencia esta realidad. Víctor Zavala Hurtado, elegido como Secretario General en un congreso democrático, debió haber sido sustituido en el año 2019, sin embargo, sintiéndose indispensable para la interlocución con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), no le importó rebasar su período, hecho que fue utilizado por sus opositores para debilitarlo.
En un acto de total irresponsabilidad y oportunismo, se tomó la libertad de acudir a reuniones con personajes representativos del gobierno de la autodenominada Cuarta Transformación (4ªT) y de la derecha, quienes hicieron frente común con el gobierno de Peña Nieto para arremeter contra los derechos laborales de los trabajadores de la educación y la educación pública de nuestro país. Estos hechos provocaron el repudio de la base democrática de la sección XVIII y de la CNTE hacia Víctor Zavala y la dirección política.
Frente al abierto descontento de las bases, se vio obligado a organizar el congreso a través de una comisión nombrada desde la base en asambleas regionales, sin embargo, al no ser favorable a su tendencia la desconoció, acusándolos de ser parte del Comité Ejecutivo Nacional Democrático y el Frente Nacional de Lucha por el Socialismo, fuerzas expulsadas de la CNTE y para atraer así el apoyo de los contingentes de la Coordinadora.
Más allá de haber convocado a un congreso sin el aval de la mayoría de la comisión organizadora, su actitud entreguista y claudicante ante el gobierno estatal y federal es la que le asestó un demoledor golpe a la unidad de la sección XVIII, uno de los bastiones estratégicos del movimiento sindical y popular del país.
El relevo seccional de la sección XVIII se ha constituido en el primer combate del magisterio democrático nacional contra la acción conjunta de los enemigos de la CNTE coordinados por la 4ªT para destruirla o controlarla, logrando su objetivo de dividirla. No será sencilla la lucha para defender la unidad y organización de la CNTE, pero confiamos en la madurez política de los activistas democráticos y de las bases para cerrar filas y derrotar los intentos de charros, gobiernistas y oportunistas, sean de izquierda o de derecha.
Las instancias de dirección de la Coordinadora Nacional, que en su momento fueron omisas, complacientes o cómplices ante la traición de Zavala y su séquito, ahora deberán empeñar todos sus esfuerzos para reconstruir la unidad de dicho contingente a partir de la reivindicación de los Principios Políticos e Ideológicos de la misma. En estos momentos, es de estratégica necesidad mantener la unidad desde las bases y velar por la independencia política respecto al Estado, los partidos políticos electoreros y recuperar las tácticas de las luchas traicionadas por los gobiernistas.