La pandemia del coronavirus que ya abarca 40 países del mundo, además de un problema para salud a nivel internacional, está siendo un elemento que agrava más la situación económica capitalista-imperialista y acelera el estallido de una nueva crisis económica. En este sentido el coronavirus servirá de pretexto para los imperialistas justificar los graves problemas en la economía y además instrumentar medidas represivas que la dictadura de la burguesía gusta aplicar para descargar sobre la espalda de los proletarios sus crisis.
El virus surgió en China y la oligarquía china presurosa ha puesto en cuarentena, encerrados en sus casas y bajo control militar, a más de 40 millones de habitantes de ese país, incluyendo a Wuhan (donde supuestamente broto el virus a los humanos) y 10 ciudades periféricas a esta. Wuhan es una ciudad productora de automóviles y acero y exporta a más de 300 países, ha cerrado sus fábricas paralizando su producción. También han sido afectados otros monopolios extranjeros como Toyota, General Motors y de las nuevas tecnologías, como Google, Amazón y Microsoft, que tuvieron que cerrar. Corea del Sur ha suspendido su producción de autos por falta de suministros provenientes de China. China es proveedora de partes para la industria automotriz y la electrónica a esos países y a otros, tan solo de celulares y computadoras China es productora y sus componentes cubren esos mercados, pero recien cerraron su exportación de electrónicos. Negocios de menor tamaño, pero influyentes en el marcado mundial, como Ikea y Starbucks también cerraron.
El coronavirus ha paralizado casi totalmente el movimiento de personas y mercancías, calles, plazas, centros comerciales y de producción están vacíos, tan solo la cancelación de la celebración del año chino, mostró los estragos del virus en el consumismo de mercancías que los chinos realizan en esa festividad, pues este paralizó prácticamente su flujo. La bolsa china de Shangai, en los últimos días retrocedió 8%, lo que no había sucedido hacía cuatro años. El Banco Popular de China, rebajó los tipos de interés y la inyección al sistema financiero, en unos 22 mil millones de dólares (mmd). En general esta situación provocará una caída en el Producto Interno Bruto (PIB) chino entre el 1 y 2 por ciento y entonces su crecimiento anual, llegue a ser del 5.6 por ciento, lo que hará descender la economía mundial en 0.2 por ciento este año, pero el escenario los analistas lo prevén peor, porque tan solo en el primer trimestre de 2020 se estima que la economía pierda unos 280 mmd.
China representa el 18% del PIB mundial, es la 2ª economía a nivel internacional y es un eslabón de la cadena imperialista que puede jalonar al conjunto de la economía hacia la crisis, y acelerarla por el coronavirus. Por eso los mercados bursátiles en una semana cayeron a nivel mundial y afectaron los precios de las materias primas afectando las importaciones y exportaciones. El precio del petróleo bajó 15%, más que el año pasado, China bajo su demanda y al mismo tiempo los monopolios petroleros recortaron su producción para contener la caída de los precios. El cobre también bajó su precio en 13%.
El turismo local e internacional en China se redujo drásticamente, varias aerolíneas suspendieron sus vuelos a China y tuvo sus repercusiones en Europa que descendieron 19 por ciento en una semana, en otros países también tiene sus repercusiones por la suspensión de vuelos no solo a China, sino a otros países. Eso no ha quedado ahí, los viajes en cruceros, trenes, autobuses están siendo afectadas por las restricciones sanitarias o las alarmas en la población por las infecciones.
La dañada producción que viene arrastrando el sistema capitalista-imperialista y particularmente derivada de la crisis del 2007-2009, más la pandemia del coronavirus auguran una situación grave que afectará doblemente las condiciones de vida y de trabajo del proletariado, para lo cual este debe prepararse con la organización y movilización revolucionaria.