Obrador anunció en su conferencia matutina que en una reunión anterior con la burguesía de la radio y la televisión les dijo que “analizará la devolución de los tiempos oficiales” y concluyó que “hoy voy a firmar el acuerdo con los empresarios de la radio y la televisión, porque como mantiene comunicación permanente con el pueblo, un gobierno del pueblo, no necesita de propaganda y la industria de la radio y la tv están pasando por un mal momento, porque han bajado sus ingresos en general y nosotros no podemos darle dinero para publicidad, como era antes …. Y vamos a informar de otras medidas para que la economía se reactive pronto”.
Esta decisión sin duda favorece a los grandes monopolios de estos espacios, como Televisa, Televisión Azteca, Radio MVS, W-Radio, etc., -a los que llamó y condenó como la “Mafia del Poder”, cuando era opositor- con quienes ha pactado para rescatarlos de su crisis económica para que sigan desinformando, manipulando y para que al mismo Obrador adelante le organicen un golpe blando o fascista como lo hizo la derecha en otros países con gobiernos “progresistas”. Estos tiempos no se le darán a radios o tv alternativas y por el contrario esa decisión resulta un golpe contra el periodismo crítico e independiente, que ha luchado y lucha por espacios para informar con la verdad, que han pagado con censura, despidos, secuestros, asesinatos y desapariciones de periodistas e informadores populares.
¿Devolver los tiempos oficiales a ellos? sino se los quitaron y no son de ellos, son públicos. Y que los va a ayudar a resolver su quiebra económica, la ley les permite enriquecerse con la publicidad, y lo han hecho, pero quieren más. Esta decisión de Obrador indica la plena subordinación que este tiene y como coloca al Estado (como ha sido) al servicio de los empresarios, en particular con estos porque les cede parte del Estado. Eso viola la Constitución y las leyes de telecomunicaciones, que atenta contra el derecho y a la información, dicen los especialistas.
Los burgueses a quienes se les han dado en concesión los espacios de trasmisión son en realidad los dueños de estos, los usan para reproducir su ideología, caduca y agonizante, reaccionaria y terrorista, para enriquecerse y junto con sus gobiernos, como el de Obrador, mantener al Estado como una maquinaria política e ideológica que someta y controle a las masas esclavizadas.
Esta medida debe rechazarse porque, como antes, los gobiernos, todo el tiempo y en tiempos de crisis usan los recursos públicos para salvar a la burguesía y descargar la crisis en las espaldas del pueblo.