Enfrentados militarmente desde hace tres décadas se disputan la región Nagorno Karabaj, limítrofe entre ambos ex países soviéticos, que era una región autónoma y quienes posteriormente se integraron a Armenia separándose de Azerbaiyán, cuando ambos países se declararon independientes. Azerbaiyán rechazaba el separatismo de Nagorno y Armenia lo integra a su país. Antes vivieron 6 años de enfrentamientos que terminaron en 1994 por mediación de Rusia, como un alto al fuego, pero han continuado los enfrentamientos de manera espaciada y está vez con un paso a profundizarse, sin embargo este conflicto se reactivó porque se atizaron las demandas de gas y petróleo frente a la crisis, que posee Azerbaiyán y demanda Europa y Turquía este último en otros conflictos con otros países de la región. Rusia, EE.UU. y Francia han llamado a la negociación y han cuestionado intervención de Turquía, pero Israel vende armas a Azerbaiyán y lo respalda. Irán se ofrece como mediador en el conflicto, porque ha tenido incidencia en ambos países.
Esta región es rica en petróleo y gas, por lo que es de interés de las distintas fracciones burguesas locales y de los imperialistas hacerse dueños de ellos. Rusia, como país imperialista ha tratado de mantener su influencia y control desde que se disolvió la Unión Soviética, no solo de esa región sino de todo lo que conformó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Cuando ambos países fueron repúblicas socialistas dirigidas por Lenin y Stalin, se habían combatido los nacionalismos burgueses y el imperialismo para dar paso a la unión de los pueblos de distintas nacionalidades, tiempo en el cual no existieron conflictos como el que hoy se reaviva, porque se ha regresado a los intereses de la propiedad privada que se desarrollaron con la disolución desaparición del socialismo en esos países y que las nuevas burguesías preservan y defienden.
Los intereses capitalistas que mueven este viejo conflicto no son solo locales, intervienen los israelís, los turcos y los iranís, además de los rusos, estadounidenses y franceses. Azerbaiyán ha sido elemento de contención contra Irán ante su presencia en ese país, pero también en Armenia. Israel desde ese territorio busca fortalecer su posición geopolítica en el Oriente Próximo, y con Turquía se han entendido para actuar del lado de Azerbaiyán. Francia está interesado porque también puede resolverles el abasto de gas que necesitan lo mismo Europa, tratando de disminuir mercado de gas ruso. En este sentido una solución pacífica y definitiva no habría mientras el imperialismo y las burguesías locales decidan el rumbo de esos países.