El país sigue su camino sin retorno hacia el incremento de los efectos de la crisis económica, se sigue dado una manipulación política de la pandemia, los recortes presupuestales para 2021 están anunciados, los proletarios tienen que seguir arriesgándose para subsistir a costa de su salud, sectores de trabajadores de nuevo salen a las calles para ser escuchados, para exigir se garantice su salud y sus condiciones de trabajo, miles de jóvenes luchan por un exigir un espacio en alguna universidad pública, derecho que le fue negado al someterse a un proceso de selección, comunidades originarias defienden sus territorios, las mujeres se organizan y luchan para que paren los feminicidios, y en medio de todas estas movilizaciones y demandas justas del pueblo trabajador del campo y la ciudad, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) sigue apoltronada, observando de lejos lo que sucede en el país.
El pasado 1º de octubre se realizó la décima cuarta reunión de la Comisión Nacional Única de Negociación con el presidente de la república, en un periodo de dos años aproximadamente. Al conocer los puntos de acuerdo de dicha reunión, se confirma la hipótesis de las primeras reuniones, éstas han servido para dilatar los resultados al magisterio nacional, y con esto, se garantice la inmovilidad del magisterio otrora combativo.
La dirección política de la CNTE o sus contingentes consolidados sigue sorda y muda ante los graves problemas que atraviesan el país, cuando llegue el momento de enfrentar el avance de la derecha y la intentona de pulverización del movimiento social en el país, será, peligrosamente tarde. Es momento de reintegrarse a los espacios de discusión del movimiento nacional, jalonar y coberturar a los contingentes emergentes, para, junto a ellos, enfrentar de manera organizada los golpes de la derecha, de la 4T y de la oligarquía en su conjunto. La situación de pandemia que vivimos pone en alta vulnerabilidad el statu quo de los trabajadores de la educación como lo hemos dicho en anteriores publicaciones, por tanto, va siendo momento de poner en práctica la consiga de que la CNTE es de bases, no de líderes, sacarla de su poltrona y convertirla en herramienta de organización y de acción para la lucha de clases.