El gobierno federal en las mañaneras de AMLO cada vez que hay oportunidad insiste en los “éxitos” económicos del régimen de la 4T. Pero es necesario tener una caracterización general de esta política económica, y podemos afirmar que es una continuidad de la política económica neoliberal, encabezada por otro sector de la burguesía, aquel sector que está interesado en reactivar el mercado interno, fortaleciendo lazos con el imperialismo norteamericano, y las llamadas inversiones público-privadas, propias del neokeynesianismo, que no son contrarias al neoliberalismo, sino que sólo moderan las políticas más descarnadas del mismo, fortaleciendo el llamado sector social con subvenciones, todo ello con el objetivo de sortear la crisis-depresión de la economía, reactivar la acumulación de capital y restituir la caída de la tasa de ganancia.
Como ejemplo vamos a poner uno de los “éxitos” de la 4T: la inversión extranjera. Hay que establecer que la entrada de capitales en su gran mayoría es capital financiero especulativo por las altas tasas de interés que ofrece el Banxico, evidentemente porque el capital su móvil no es social, sino la ganancia, este tipo de capital no sirve ni siquiera para reactivar el mercado interno porque no genera empleo, en cambio, esta política del Banxico encarece el crédito, restringe la inversión y el consumo, en esencia ¿Qué diferencia hay en esta política económica del actual régimen y el neoliberalismo? Ninguna.
Con datos del propio Banxico se informó que la inversión extranjera directa se desplomó 23.2% durante la primera mitad de 2021 respecto a la del año pasado. Pero dados los raquíticos resultados de toda la fase neoliberal, la inversión extranjera actual se caracteriza como un enorme “éxito”, para la especulación, enorme éxito para la oligarquía y capital financiero.
Pero la continuidad del neoliberalismo no sólo es en este terreno, la “autonomía” del Banco de México (cuyo objetivo central es bajar la inflación) la austeridad fiscal, la estabilidad en el tipo de cambio, el T-MEC, todo ello favorece al gran capital y al neoliberalismo.