Con el desarrollo estrepitoso de la tecnología, particularmente en la era digital, todos los procesos económicos tienden a digitalizarse, el mercado digital se ensancha a cada momento y ahora, el dinero como portador de valor también tiende a digitalizarse, por lo que en las últimas dos décadas han aparecido diversas monedas digitales o criptomonedas, destacando el Bitcoin.
Particularmente en los últimos 5 años, el Bitcoin ha adquirido una importancia en los procesos financieros internacionales, no sólo por ser una de las criptomonedas preferidas para los capitalistas para realizar actos comerciales y especulación financiera; razón por la que, en este periodo relativamente corto de tiempo, el valor del Bitcoin se elevó a cerca de los 20000%.
Casi cualquier acto de comercio o en las finanzas se puede realizar con criptomonedas, inclusive El Salvador se convirtió en el primer país que legalizó el uso del Bitcoin y el gobierno compró Bitcoins. Sin embargo, al igual que cualquier otra moneda del mundo, al ser una expresión dineraria del capital, tiene las mismas cualidades y también riesgos, en este caso de desvalorización o devaluación.
De tal manera que, desde la crisis del 2020, y particularmente la alarma que encendió la posible bancarrota de una inmobiliaria china Evergrand a principios de la pasada quincena, hubo una fuerte caída del valor de las criptomonedas, el Bitcoin en sólo 24 horas tuvo una devaluación del más del 12%; más aún cuando China declaró ilegal y prohibió los actos de comercio que se habían realizado con criptomonedas, con el argumento de que eran transacciones ilícitas, lavado de dinero, etc.
El boom que estaban empezando a tener las criptomonedas parece detenerse e inclusive puede ir en declive, por la ilegalización de los chinos, sin embargo, su declive, puede significar la señal de una nueva crisis; e incluso, el Bitcoin puede ser un nuevo vehículo de la misma.