Luego de la profunda dispersión como consecuencia del confinamiento forzado por la pandemia y la labor mediatizadora de los personeros de la autodenominada Cuarta Transformación (4T), las fuerzas vivas de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) rompieron el cerco e hicieron resonar nuevamente sus consignas en las calles de la capital política del país.
Durante 4 días, del 31 de agosto al 3 de septiembre, contingentes de distintas entidades del país instalaron un plantón frente a la Cámara de Diputados y se movilizaron para exigirle al Poder Legislativo su intervención para reinstalar la mesa de diálogo con el presidente de la República.
Esta Jornada de Lucha representó el primer esfuerzo para reagrupar al magisterio democrático del país. Si bien la ruta establecía una jornada nacional, el plantón fue sostenido por Chiapas y pequeñas representaciones de las secciones 9 y la 10, mientras que en la Marcha Nacional del 1º de septiembre, el grueso del contingente estaba formado por compañeros de Oaxaca, seguido por Chiapas, Guerrero, Michoacán y representaciones de otros contingentes. Ahora debemos hacer un balance objetivo para cualificar las tareas organizativas y tácticas, hacia los próximos combates.
Esta jornada visibilizó y volvió a poner al desnudo la política de cerrazón del gobierno de la 4T. La posición de “ni los oigo ni los veo” se mantiene hacia el magisterio democrático en tanto que la alianza con el sindicalismo charro se mantiene para asegurar que la maquinaria electoral le suministre los votos necesarios para dar continuidad al actual régimen.
Para el magisterio democrático y el movimiento popular nacional son tiempos de resistencia. El brigadeo nacional es un imperativo y tiene que ser desarrollado desde el interior de los contingentes; los contingentes consolidados, están llamado a desplegar brigadistas que convoquen al magisterio a la organización y la lucha. La acumulación de fuerza a partir de la alianza con otros sectores debe seguirse fortaleciendo mediante el impulso de acciones unitarias desde la Conferencia de las Resistencias y demás esfuerzos unitarios.
Si bien el Estado mexicano le apunta a pulverizar a la CNTE, ningún contingente debe caer en el perverso juego de aceptar tratos privilegiados. Todo contingente debe exigir la mesa con la CNTE para revisar los compromisos no cumplidos y la solución a los temas pendientes: abajo la reforma educativa, la UMA, la Ley del ISSSTE neoliberal, basificación y abajo la USICAMM