A partir del 4 de mayo de 2020 el número de militares en las calles de México tuvo un incremento en más de 3 mil 600 militares, sin contar al personal médico desplegado en hospitales militares, con la implementación de la fase 2 del Plan DN-III y el Plan Marina, para “combatir” el Covid-19, ya que según las autoridades la semana del 4 al 8 de mayo era la más crítica de la pandemia.

Lo cierto es que en dicha semana no hubo el gran aumento “critico” anunciado, que según el régimen casi colapsaría el sistema sanitario, lo que justificaría la intervención de los militares, sin embargo, lo que si aumentó fue la presencia militar en las calles y el gasto del presupuesto extra asignado a la Secretaría de la Defensa Nacional (4 mil millones de pesos) y a la Marina (500 millones de pesos) con el pretexto de la pandemia, además de un repunte en los homicidios dolosos por delincuencia organizada en el país (que suma cuatro mil 17 fallecimientos, casi el doble de las muertes por coronavirus en el mismo periodo), mientras el grueso de la Guardia Nacional fue desplegado en los hospitales y centros de materiales e insumos destinados a la pandemia, en tanto el combate a la delincuencia organizada fue dejado de lado, es decir, el régimen pasó de justificar la militarización en las calles con el pretexto de la delincuencia organizada y para combatir la violencia, al del despliegue militar para combatir la pandemia del Covid-19.

La realidad es un aumento de la militarización del país, una mayor presencia de los militares reaccionarios en el control político y social, con el manejo de multimillonarios recursos, dejándolos posicionados para asumir un papel más activo en el proceso de fascistización, sumándose como otro factor de gran riesgo, que junto a una cada vez más fortalecida (más organizada y cohesionada) tendencia golpista-fascista, y la debilidad en el movimiento proletario y popular, allanan el camino a la dominación abierta, violenta y terrorista del sector más reaccionario de la oligarquía financiera sobre el proletariado y las masas populares, frente a esto debemos seguir fortaleciendo la organización obrera campesina y popular y el proceso de frente único de todo el pueblo por la revolución proletaria.

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Por PCMML

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