Precariedad, outsourcing y beneficiarios del Gobierno de la Ciudad de México, una mina de explotación político electoral. A tres años de un gobierno local de la 4T en la Ciudad de México (CDMX), se desmorona el discurso de no robar, no mentir y no traicionar. En lo laboral las estructuras de trabajadores de confianza se han multiplicado por todas las dependencias del gobierno, en algunas se duplica funciones y en otras se desplaza a los trabajadores.
Ocultan las violaciones a los derechos laborales con los programas sociales como promotores deportivos y culturales (Pilares y Ponte pila) servidores de la ciudad y facilitadores de la salud (en participación ciudadana de la Sibiso), son contrataciones bajo falsos programas sociales, les roban las características de trabajador al nombrarlos beneficiarios, mienten cuando sus condiciones son en franca precariedad laboral y les roban el derecho de ser reconocidos como trabajadores de base. Pero si los explotan de lunes a domingo con más de 12 horas de trabajo, obligados a comprar con sus escasas “becas”, materiales para desarrollar sus actividades, mismas que deben ser autorizadas mensualmente por sus coordinadores, enlaces o directores ejecutivos. 
Siempre trabajando como outsourcing y permanentes amenazas de despidos, malos tratos y con instrucciones laborales fuera del horario laboral, violando la NOM 35, no así a los recomendados políticos por sus respectivos líderes. La visibilización de la utilización política electoral de estos “becarios”, fue el vulgar acarreo que se instruyó desde la jefatura de gobierno, según los propios beneficiarios y prensa nacional, para atender el Tercer Informe del Presidente de la República el primero de diciembre en el Zócalo capitalino, dónde exigieron mínimo 20 personas por beneficiario. La Exigencia de cientos de “beneficiarios” fue para poder ser reconocidos como trabajadores y solicitar su continuidad en sus puestos de trabajo.
Las amenazas de despido, el acoso laboral como otros problemas de los trabajadores no han sido atendidas de manera satisfactoria, por ello es necesario seguir luchando para lograr la estabilidad laboral y la construcción de un sindicato que realmente defienda los intereses de los trabajadores.